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“Pueblos fantasma” y sin suministros básicos en el frente ucraniano de Jersón

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La oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios lamenta que no tiene “ningún acceso” a los territorios bajo control ruso

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

La región de Jersón se ha convertido en las últimas semanas en uno de los principales focos de combate entres las fuerzas ucranianas y rusas, a merced de una población forzada a huir en masa de una zona que carece de los suministros más básicos y donde ya hay “pueblos fantasma”.

Un equipo de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha recorrido recientemente algunas de las localidades que han pasado en las últimas semanas a manos de las autoridades de Ucrania, después de meses en los que han permanecido inaccesibles bajo control ruso.

Pueblos como Visokopilliya, Novovorontsovka, Novooleksandrivka o Borivska que, poco a poco, intentan recuperar el pulso perdido de la normalidad, aunque como enfatiza un portavoz de OCHA, Saviano Andreu, esto se antoja difícil en un país donde el conflicto sigue a la orden del día y Jersón es uno de los principales focos de disputa.

Abreu afirma en una entrevista a Europa Press que hay localidades como Visokopilliya prácticamente desiertas: antes del recrudecimiento del conflicto tenía una población de más de 10.000 habitantes y ahora apenas supera el millar. “La impresión que tuve es que estábamos entrando en un pueblo fantasma”, afirma, “impactado” por lo que vio sobre el terreno.

Quienes siguen en este tipo de zonas persisten bien porque quieren o porque no tuvieron opción –hay personas mayores o vulnerables–. Por otra parte, pocos se atreven a volver, aunque algunos ucranianos sí han dado el paso tras la liberación y, a la pregunta de posibles “miedos”, responden: “Es mi casa”.

La OCHA trabaja para mejorar la asistencia humanitaria en este tipo de enclaves, para lo cual colabora con las autoridades leales al Gobierno de Volodimir Zelenski. En el caso de la administración de Jersón, la capital homónima sigue bajo dominio de Rusia, por lo que la oficina del gobernador está en Krivói Rog, en la vecina Dnipropetrovsk.

Moscú y Kiev se han cruzado en estas últimas semanas acusaciones sobre una supuesta ofensiva inminente a gran escala y las autoridades rusas han gestionado la evacuación de decenas de miles de personas de la ciudad de Jersón, a las ha facilitado el traslado hasta la orilla derecha del río Dnipro.

La OCHA no tienen ningún tipo de información de este proceso, en la medida en que no tiene “ningún acceso” a las zonas controladas por las fuerzas rusas y Moscú tampoco colabora en materia de información, ni siquiera para verificar datos, por lo que a día de hoy evita especular sobre posibles traslados forzosos.

Abreu apunta que “a la gente le quedan pocas opciones” cuando los únicos mensajes que recibes es que “va a haber más y más destrucción”, pero reclama que todas las personas que quieran moverse puedan hacerlo “de manera segura” y “al lugar que ellos decidan”.

EL INVIERNO EN CIERNES

El portavoz de la OCHA recuerda que el Derecho Internacional Humanitario estipula que todas las partes beligerantes están obligadas no sólo a permitir la llegada de ayuda y la atención a los civiles, sino también a “facilitar” esta labor que puede ser clave para la supervivencia de una población que “está pagando un precio muy alto”.

El Derecho Internacional prohíbe, además, los ataques sobre infraestructuras civiles o redes básicas de suministro, pero la realidad dista mucho de estos supuestos compromisos. En Mikolaiv, por ejemplo, la destrucción de un canal de suministro de agua en la parte rusa ha provocado cortes desde el mes de abril, señala Abreu.

Sin agua, sin electricidad, sin gas y sin apenas productos básicos –en algunas zonas los mercados han reabierto pero el género sigue siendo “muy escaso”–, los civiles dependen de la ayuda externa. El hecho de que los bombardeos sean frecuentes complica las tareas de reparación y reconstrucción, a pesar de que se trata de trabajos igualmente esenciales.

“Creo que no vi ni una sola casa que no tuviera algún tipo de daño causado por la guerra”, cuenta el portavoz de la OCHA al recordar su escala en una de las localidades recuperadas por Ucrania y que ahora deben prepararse contrarreloj para un invierno que comienza a dejarse notar. “Ya hace mucho frío”, advierte este responsable.


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