MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Pilar Conde, psicóloga de la Clínica Origen, ha apuntado que la sumisión química es “una nueva manifestación de cultura machista que busca sometimiento y control sexual” sobre las mujeres.
Detrás de estos comportamientos, según la directora técnica de Clínicas Origen, “no solo está el interés sexual, sino el poder de sometimiento y de control sobre la mujer, así como en ocasiones presumir como si se tratara de una presa cazada, alimenta el ego machista”.
Otros dos factores que pueden incidir en el incremento de este tipo de conductas son, de acuerdo con la opinión de la experta, la retroalimentación y el enaltecimiento que proceden de las “manadas” dentro de una cultura de la violación. También el consumo de porno, donde en muchos casos “la mujer tiene un rol de pasividad, donde se somete de manera voluntaria”.
Así, cree que cuando ese sometimiento no se produce se buscan fórmulas para obligarlas a satisfacer los deseos sexuales de quienes no diferencian entre este tipo de relaciones y las consentidas, en una relación consentida y de respeto.
En cualquier caso, Conde destaca que la “inmensa mayoría” de los hombres “sí lo hacen y es también en ellos en quienes debería apoyarse la sociedad para poner freno a este tipo de actitudes y actos”.
Los hombres, considera la experta, tienen que formar parte del cambio, del apoyo: “Tienen que ser también parte de la solución, ser sancionadores de estas conductas e integrar una red de apoyo conjunto hacia la mujer que se vea en condiciones de vulnerabilidad”.
Como medidas concretas, la psicóloga recomienda informar a los jóvenes, especialmente desde casa, de cuáles son los peligros a los que se exponen en estos casos, eso sí, siempre sin crear alarmas innecesarias.
Su consejo es hablar con ellos y preguntarles cómo se protegen, recomendándoles a la vez el apoyo del grupo de amigos. “De esta manera, al establecerse un diálogo sobre el asunto, son también los adultos quienes comienzan a sentirse más aliviados y tranquilos frente a los peligros del ocio nocturno”, finaliza la psicóloga.
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