MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Grupo de Consultoría Autista (GCA) del Proyecto Rumbo ha publicado una serie de consejos y herramientas para poder generar los denominados ‘espacios de la calma’ para que las personas con autismo puedan acceder a lugares como festivales, aeropuertos, ferias y fiestas.
Según ha informado Autismo España, para crear un ‘espacio de la calma’, hay que tener en cuenta aspectos generales como la iluminación, los colores, la insonorización del espacio y el tipo de mobiliario.
De este modo, se deben incorporar materiales como objetos sensoriales antiestrés, elementos para sentarse cómodamente (cojines, puff), materiales táctiles agradables como algodón, lana, terciopelo, masajeadores o instrumentos canceladores de ruido, como unos tapones o cascos.
El aforo debe ser limitado, sin exceder la presencia de siete personas a la vez y la duración de la estancia en estas salas debe estar en torno a 20 minutos, con la flexibilidad que cada persona requiera, y que se pueda acceder a ellas durante el mismo horario del evento o apertura del lugar.
Asimismo, el Grupo de Consultoría Autista recomienda que en los ‘espacios de la calma’ se cuente con la presencia de una o dos personas dinamizadoras, a ser posible, con formación en autismo y en primeros auxilios.
También aconsejan mantener unas normas de conducta, como el respeto a los demás, apagar los aparatos electrónicos, permanecer en silencio, etc. “No se puede olvidar que el espacio de la calma debe estar perfectamente señalizado con indicaciones accesibles y claras. Es recomendable que cuente con apoyos visuales para facilitar la comprensión de todas las personas”, ha subrayado.
Es importante además evaluar el grado de satisfacción del espacio y las posibilidades de mejora, mediante cuestionarios personales en lenguaje claro y lectura fácil, en diferentes formatos.
PROMOVER LA ACCESIBILIDAD
“Que un festival de música o un parque de atracciones cuente con un espacio insonorizado, en el que las luces tiendan a oscurecerse, esté pintado de colores neutros y cuente con un mobiliario cómodo y minimalista, significa que promueve la accesibilidad de las personas con autismo”, ha informado Autismo España.
En este sentido, la organización ha concretado que los ‘espacios de la calma’ son salas tranquilas, “donde cualquier persona que lo necesite puede tomarse un tiempo para relajarse” y ha insistido en que, para las personas con autismo y sus familias, la existencia de este tipo de espacios “puede determinar que el evento, entorno o lugar sea accesible para ellas y tengan la oportunidad de sentirse cómodas y disfrutar en el espacio, como el resto de personas de su entorno”.
Según ha criticado, muchos espacios públicos y privados siguen siendo entornos “hostiles” porque no tienen en cuenta las características y necesidades sensoriales de las personas autistas y sus familias, entre otras cuestiones, “por las condiciones ambientales y de estímulos sensoriales, como pueden ser luces brillantes o fluorescentes, ruido, aglomeraciones, olores intensos, etcétera”.
“El beneficio de crear este tipo de espacios va más allá de las personas del colectivo autista, también puede ser un refugio para personas mayores, con otras condiciones o cualquier persona que necesite descansar cuando se encuentre en entornos llenos de gente o con muchos estímulos”, ha defendido.
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