MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
Sustituir las rutas aéreas peninsulares en España por viajes en tren de hasta tres horas supondría el ahorro de menos de un 0,05% de las emisiones totales de CO2 en España y un 0,13% de las del sector del transporte.
Esos datos figuran en el ‘Informe de vuelos cortos 2022’, elaborado por el Comité de Sostenibilidad del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE) y dado a conocer este miércoles.
Una de las 230 medidas del acuerdo de gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar, hecho público a finales del pasado octubre, es impulsar “la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos-hub que enlacen con rutas internacionales”.
El análisis de los ingenieros aeronáuticos se extiende a rutas aéreas con alternativas en tren de hasta tres horas (Madrid-Barcelona, Madrid-Sevilla, Madrid-Málaga, Madrid-Valencia, Madrid-Alicante y Barcelona-Valencia, tanto ida como vuelta) y vuelos que pueden sustituirse por viajes en tren de hasta cuatro horas (Madrid con Santiago de Compostela, A Coruña, Oviedo, Jerez de la Frontera, Granada/Jaén, Pamplona y Logroño).
En el caso de prohibir los vuelos con alternativas ferroviarias de hasta tres horas, el ahorro sería de un 0,5% de las emisiones totales de CO2 en el país y un 0,13% de las del sector del transporte. En el escenario de rutas con alternativa de tren en menos de cuatro horas, esas reducciones serían de un 0,08% y un 0,21%, respectivamente.
A la luz de esos datos, el decano del COIAE, José Manuel Hesse, subrayó que la propuesta del Gobierno de coalición “desincentivará” las inversiones en nuevas tecnologías, sobre todo los ámbitos eléctrico y del hidrógeno, que, según añadió, “tienen su banco de pruebas precisamente en los vuelos de corta distancia”.
MADRID-BARCELONA
Por otro lado, el potencial de reducción de emisiones de CO2 si se reemplazara el puente aéreo Madrid-Barcelona por conexión ferroviaria podría alcanzar 70.800 toneladas de CO2, esto es, un 0,41% de las emisiones de la aviación española y un 0,03% de las totales en España. El cálculo no tiene en cuenta las emisiones durante la construcción de la vía férrea.
El informe determina que las emisiones de CO2 asociadas a la construcción de vías de alta velocidad suponen un factor fundamental para evaluar la eficiencia medioambiental del ferrocarril. Con el tráfico actual, la línea Madrid-Barcelona necesitaría más de 40 años para amortizar esas emisiones.
Por otra parte, el estudio constata que el largo tiempo de construcción de las infraestructuras de alta velocidad y el periodo de amortización medioambiental posterior necesario hacen que la aviación deberá ser neutra en emisiones de carbono cuando las posibles nuevas líneas contribuyesen de forma neta a la reducción de emisiones.
Para el COIAE, existe un potencial de reducción de emisiones en la interconexión eficiente de la aviación comercial y el transporte por tren, lo que pasaría por medidas como habilitar más enlaces tren-aeropuerto o implantar billetes únicos intermodales.
Además, los ingenieros aeronáuticos indicaron que la aviación tiene a su disposición herramientas para la reducción de sus emisiones, como los combustibles sostenibles de aviación (SAF), la propulsión eléctrica, con baterías o pilas de hidrógeno, el sistema de comercio de emisiones (EU ETS) y medidas de eficiencia en operaciones y gestión aérea.
“A la vista de los datos presentados, esta disyuntiva entre tren y avión a la hora de realizar un viaje parece ser una cuestión marginal a la hora de afrontar el desafío medioambiental del calentamiento global”, según el COIAE, que apuesta por aprovechar ambas formas de transporte de manera conjunta y eficiente.
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