MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
La Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) entregó la Medalla de Honor a la empresaria y filántropa Esther Koplowitz.
El presidente de la RANME, el profesor Eduardo Díaz-Rubio, fue el encargado de concederle personalmente esta distinción en el marco de una sesión científica celebrada en su sede de Madrid, ayer martes. La empresaria ha sido premiada por su contribución a la medicina y la investigación biomédica, actividades que realiza principalmente desde la Fundación Esther Koplowitz, constituida en 1995 con el fin de ayudar a personas con discapacidad física y psíquica, así como mayores sin recursos y otros colectivos desfavorables. Su entidad tiene también como objetivos la protección a la infancia y a la juventud, la reinserción social de personas sin recursos y la concesión de becas y ayudas para la educación.
El profesor Pedro Guillén García, académico de número de la RANME, subrayó la importancia y trascendencia de las acciones benefactoras de la Fundación Koplowitz, ya que “suponen un verdadero estímulo para nuestra sociedad porque contribuyen a la elevación cultural, sanitaria, innovadora, investigadora y social del pueblo español”.
Asimismo, destacó el compromiso extraordinario de la Fundación con el apoyo a la investigación en múltiples disciplinas e incluso la donación de equipamiento quirúrgico como el robot Da Vinci entregado en 2006 al Hospital Clínico San Carlos.
DETECTAR EL RIESGO
Durante la sesión científica, el profelsor José Miguel García Sagredo, académico de número y secretario general de la RANME, abordó la conferencia titulada ‘Puntuación de riesgo poligénico (PRS)’. Las PRS forman parte de la moderna medicina genómica o medicina 4P, es decir, son una medida global del riesgo genético de desarrollar una enfermedad por parte de una persona respecto de la población general
Después de expresar los métodos de cálculo y definir la validez y utilidad clínica de las PRS, García Sagredo expuso diferentes ejemplos de aplicación en enfermedades comunes del adulto como las enfermedades cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer como el de mama, colorrectal, de piel, diabetes, alzhéimer, incluso suicidio.
“La aplicación de las PRS pretende, una vez detectado el nivel de riesgo, servir como medida preventiva y también como optimizador de criterios de cribado”, afirmó. No obstante, añadió, “muchos de las PRS tienen una eficacia limitada en poblaciones no europeas, por lo que las futuros PRS deben de estar basadas en estudios genómicos más ajustados a la etnicidad y las características sociales de cada población”.
- Te recomendamos -