
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La activista por los derechos de la minoría baluche Mahrang Baloch ha sido detenida esta pasada madrugada en la culminación de una serie de tensos episodios de protestas en la capital de la provincia de Baluchistán, Quetta, contra desapariciones forzadas de miembros de esta comunidad en el oeste del país.
Una de estas marchas, ocurrida el jueves en la Universidad de Baluchistán, acabó con varios arrestos y una carga policial acompañada por cañones de agua.
El grupo que lidera la activista, el Comité Baloch Yakjehti, ha denunciado que la acción policial se saldó con tres muertos y 13 heridos. La Policía ha asegurado, por contra, que ningún activista falleció durante la dispersión de la concentración y afirmado por contra que los enfrentamientos se saldaron con una decena de agentes heridos.
En un comunicado emitido el viernes por la noche, el portavoz del gobierno de Baluchistán, Shahid Rind, acusó a los manifestantes de apedrear a los agentes y, aunque dijo tomar nota de las informaciones sobre los tres fallecidos, señaló que no serán incorporados a balance alguno hasta que terminen sus autopsias.
En un comunicado publicado este sábado en su cuenta de la red social X, denuncia que la líder activista fue sacada de su domicilio a las 05.30 de esta madrugada; un arresto posteriormente confirmado por las fuerzas de seguridad.
La asociación exige la liberación inmediata de Baloch, la apertura de una investigación contra el ministro principal de Baluchistán, Sarfaraz Bugti, a quien acusa de ordenar la operación de represión policial y pide la destitución de la cúpula policial del estado.
Hay que recordar también que la provincia de Balochistán atraviesa desde hace décadas una grave crisis de seguridad por la actividad de grupos separatistas baluches como el BLA, que ha reivindicó un recuente ataque contra un tren que transportaba a unos 400 pasajeros y que dejó alrededor de una veintena de muertos, que supuestamente eran miembros de las fuerzas de seguridad.
La activista ha desmentido en varias ocasiones sus presuntos vínculos con estas organizaciones armadas, la última vez en octubre del año pasado, y rechazó las acusaciones como “tácticas ilegales, inconstitucionales y coercitivas” para desviar la atención del continuo fracaso de las agencias de seguridad para mantener la ley y el orden” y proteger a esta minoría, según un comunicado publicado por aquél entonces en su cuenta de la red social X.
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