VALÈNCIA, 6 (EUROPA PRESS)
Varias organizaciones ambientales y cívicas integradas en la Xarxa per una Nova Cultura de l’Aigua al Xúquer han presentado una reclamación ante el Ministerio para la Transición Ecológica por “irregularidades” en la tramitación del Plan Hidrológico de la Demarcación del Júcar.
El escrito de reclamación, que se fundamenta en el informe pericial ‘Estudio de los caudales mínimos en el medio y bajo Júcar’, denuncia que el proceso de participación del Plan Hidrológico “no ha cumplido con los mínimos requisitos de calidad exigibles para poder sustentar las decisiones que finalmente se han adoptado, al utilizar información y datos que se han obtenido al margen de los procedimientos que establece la normativa vigente y no haber seguido las propias directrices que establece el Plan”.
Según los reclamantes, “el proceso de cálculo del caudal ecológico por métodos hidrológicos en el medio y bajo Júcar está viciado en origen ya que no se utiliza el régimen natural, tal como exige la Instrucción de Planificación, por lo que los caudales mínimos obtenidos no pueden considerarse válidos”.
Por otro lado, señalan que la versión del plan avalada por la mayoría del Consejo del Agua de la Demarcación, con el voto en contra de las organizaciones agrupadas en la Xarxa, “no ha corregido la subestimación de la aportación del acuífero de la Mancha Oriental al río, señalada por estas organizaciones en la fase de alegaciones”.
Esta “infravaloración” del caudal que el río tendría que recibir es “especialmente relevante” por dos motivos: en primer lugar “porque vicia desde el origen los cálculos para la determinación del régimen de caudales ecológicos en el medio y bajo Júcar y la Albufera” y, en segundo, porque revela “la renuncia por parte de la Confederación del Júcar a corregir la sobreexplotación del acuífero de cabecera”, estimada por la propia institución en 300 hm3 al año, “y que supone la principal causa del declive del Júcar en las últimas décadas”.
Según el informe en el que se basa la reclamación, los caudales ecológicos propuestos al proyecto de Plan Hidrológico para el medio y bajo Júcar “son un 50% inferiores a los que se obtendrían aplicando rigurosamente la Instrucción de Planificación Hidrológica y las directrices que fija el propio Plan”.
“Esta reducción tan significativa pone seriamente en riesgo por razones cuantitativas la supervivencia de la fauna piscícola y la vegetación de ribera, amenaza la conservación y recuperación del medio natural e impide que se logre en los plazos previstos el buen estado ecológico de las aguas, como obliga la Directiva Marco del agua”.
Las organizaciones ambientales recuerdan en su escrito la importancia de fundamentar la planificación hidrológica, que es el “instrumento clave” para gestionar el agua, en información veraz y metodologías “contrastadas”.
“La información deficiente y arbitraria contribuye a mantener la situación de sobreexplotación. Cuando las precipitaciones se reducen -aunque sea ligeramente- respecto a la media, se presentan situaciones de escasez debido a la situación de estrés que provoca la continúa extracción de caudales para los usos por encima de la disponibilidad de los sistemas hídricos, como las de este verano en varias cuencas de la península”.
SEQUÍA
En esta línea, señalan que teniendo en cuenta que estamos “en una situación de sequía meteorológica normal -ni especialmente intensa ni especilamente larga- (en el caso del Júcar, ni siquiera hay sequía), resulta más evidente que las imágenes de embalses vacíos y de precariedad del abastecimiento de agua potable en algunas poblaciones son atribuibles solo parcialmente a la mengua de las precipitaciones, y que responden principalmente a una causa más profunda: la escasez provocada por una planificación que, falseando los datos, reparte más agua de la realmente disponible”.
Según sostienen las entidades, “los escenarios de cambio climático prevén episodios de sequía meteorológica más frecuentes, intensos y duraderos”. Por tanto, consideran “urgente” disponer de una planificación realista “que ajuste los usos a las disponibilidades reales de aguas superficiales y subterráneas y vele por el buen estado de los ecosistemas”.
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