MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Al menos 35 personas han resultado heridas, entre ellas cinco niños, después de que presuntos agentes de seguridad iraníes vestidos de paisano abrieran fuego contra un grupo de manifestantes en la ciudad de Sanandaj, la capital de la provincia iraní de Kurdistán, este pasado viernes por la noche.
La provincia, al igual que varias partes del país, sigue siendo escenario de protestas contra la muerte bajo custodia de la joven kurda-iraní Mahsa Amini, detenida por llevar mal puesto el velo.
La ONG Kurdistan Human Rights Network (HRN), que ha publicado varios vídeos no verificados sobre los incidentes en Sanandaj, ha informado, ha precisado que el incidente ocurrió en el barrio de Mobarak Abad, uno de los epicentros de las protestas en la ciudad.
Según las ONG al menos 253 manifestantes han muerto en Irak desde el comienzo de las manifestaciones tras la muerte de Amini el 16 de septiembre, entre ellos 34 niños, de acuerdo con el balance recogido por la agencia de noticias kurda Rudaw.
Cabe recordar que el jefe de Policía de la ciudad iraní de Zahedán, otro de los centros de las protestas contra las autoridades fue destituido después de que la investigación oficial reconociera “muertes de civiles inocentes” durante la represión policial a los enfrentamientos que estallaron en la localidad a finales del mes pasado.
Las protestas en esta ciudad, de mayoría suní, comenzaron a finales de septiembre, alimentadas por las marchas multitudinarias en el resto del país en memoria de Amini.
Las marchas adquirieron un cariz especial en Zahedán, la capital de la provincia de Sistán y Baluchistán, donde la gente salió para protestar no solo por Amini, sino también contra la violación de una niña baluchí de 15 años a manos de un jefe de policía.
El peor momento de las protestas en Zahedán ocurrió el llamado Viernes Sangriento, el 30 de septiembre, cuando según la ONG Iran Human Rights la represión de las fuerzas de seguridad dejó más de 90 muertos en la ciudad. Ese día, unas 150 personas lanzaron una protesta contra la comisaría 16 de la ciudad, próxima a una mezquita, en memoria de la adolescente violada.
Si bien la investigación, siguiendo la línea oficial iraní, responsabiliza a “alborotadores y pistoleros” de incrementar la tensión y de intentar asaltar la comisaría, la evaluación también concluye que “los disparos de las fuerzas policiales” en reacción a la marcha “provocaron las heridas y la muerte de varios ciudadanos inocentes, transeúntes que no jugaban papel alguno en estos disturbios”.
En este sentido, el Consejo de Seguridad de Sistán y Baluchistán ha reconocido “negligencia por parte de algunos oficiales” y prometido indemnizaciones para las familias de las “víctimas inocentes”, así como acciones legales contra los involucrados.
Junto al jefe de Policía de la ciudad también fue destituido el responsable de la comisaría amenazada por su exagerada respuesta a las protestas, según el comunicado de las autoridades iraníes recogido por la agencia semioficial de noticias Tasnim.
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