Subrayan la importancia de poner fin a la ofensiva en Gaza y avanzar hacia la materialización de la solución de dos Estados
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El ex primer ministro de Israel Ehud Olmert y el exministro de Exteriores palestino Naser al Kidwa han abogado este jueves por una reestructuración de las cúpulas políticas israelí y palestina para cambiar el clima existente y abordar su propuesta de plan de paz, que incluye el fin del conflicto en la Franja de Gaza y la materialización de la solución de dos Estados.
Olmert, quien fue primer ministro entre enero de 2006 y marzo de 2009, y Al Kidwa, embajador palestino ante Naciones Unidas entre 1991 y 2005 y posteriormente titular de Exteriores entre febrero de 2005 y marzo de 2006, han hecho hincapié en la necesidad de impulsar un cambio de paradigma, dado que “no hay otra vía” para lograr la paz que la solución de dos Estados.
Así, ambos han desgranado durante un acto organizado por el Real Instituto Elcano en el Ateneo de Madrid las líneas generales de su propuesta de paz, presentada a finales de agosto, en medio de la ofensiva militar lanzada por Israel contra Gaza tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás y otros grupos palestinos.
Olmert, muy crítico con Benjamin Netanyahu, ha sostenido que el plan se fundamenta en gran medida en la propuesta que planteó en 2008 al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y que no llegó a fructificar al no ser aceptada por ‘Abú Mazen’.
Así, ha explicado que el plan emana de “una opinión compartida sobre lo que es necesario hacer, sin luchar por el pasado”, al tiempo que ha reconocido la “responsabilidad” que han tenido los líderes políticos en el actual conflicto y ha criticado que “la comunidad internacional pudo haber hecho mucho más”.
“Lo que pasó el 7 de octubre (de 2023) –que causaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados– fue totalmente imperdonable”, ha lamentado, antes de reseñar que “no cree que haya nadie en el mundo que esperara que Israel no respondiera, ante la brutalidad y salvajismo de los horribles ataques de Hamás contra los israelíes”.
Olmert ha argüido que “Israel tuvo que llevar a cabo una acción militar inevitable en Gaza, pero se logró la mayor parte de lo que era posible hace cerca de un año” y ha añadido que la continuación de la ofensiva, que deja ya más de 42.000 muertos, “no ha ayudado a salvar a ninguno de los rehenes” y “ha costado más bajas entre los soldados y, por supuesto, también la muerte de muchos palestinos inocentes”.
Por ello, ha remarcado que “avanzar hacia un futuro diferente es algo que merece la pena hacer” y que la propuesta incluye “detener inmediatamente la guerra”, “liberar a los rehenes”, “excarcelar a un gran número de presos palestinos” y “una retirada total de Gaza”, ya que “nunca ha sido parte de Israel y es un territorio palestino”.
Así, ha manifestado que posteriormente se crearía un “mecanismo” para asumir responsabilidades de administración y reconstrucción, del cual ha desvinculado a Hamás, y que mantendría una “conexión” con la Autoridad Palestina, a la que se reconoce como “el mayor marco legal” palestino.
En lo relativo al acuerdo definitivo, Olmert ha recalcado que partiría de la base de la solución de los dos Estados, con las fronteras de 1967, si bien –al igual que en su propuesta de 2008–, habría algunos “pequeños intercambios” de territorios, dado que algunos de los asentamientos ya existentes en Cisjordania y Jerusalén Este permanecerían bajo control israelí.
Para garantizar la continuidad territorial del futuro Estado de Palestina se construiría una autovía entre Gaza y Cisjordania, mientras que la capital palestina sería establecida en Jerusalén Este, con la Ciudad Vieja como una zona separada y gestionada por un fideicomiso integrado por cinco naciones, entre ellas Israel y Palestina.
De esta forma, ha sostenido que “si hubiera una bandera israelí en la Explanada, los países musulmanes no lo aceptarían,y lo mismo al revés”, por lo que “la única solución es que no la haya”, una idea respaldada por Al Kidwa, quien ha señalado que es necesario consolidar el estatus de Jerusalén como una ciudad “para todo el mundo”.
“La ciudad no acepta un monopolio, tiene que ser abierta y propiedad de todos. La historia de la región fue perfilada por la historia de Jerusalén”, ha dicho el exministro palestino, que ha hecho hincapié en que “la única solución es la existencia de ambas partes, en paz y seguridad”. “O nos aniquilamos o coexistimos”, ha sostenido.
ESTANCAMIENTO POLÍTICO
En este sentido, Al Kidwa ha cargado contra el actual Gobierno israelí, poniendo como ejemplo decisiones como la declaración como ‘persona non grata’ del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y ha incidido en que “mientras Netanyahu siga en el poder, no habrá progresos” de cara a un acuerdo de paz, un extremo con el que Olmert se ha mostrado de acuerdo.
“Lo que proponemos no es para hoy, es para mañana”, ha dicho, antes de abundar en que “los israelíes tienen que responsabilizarse de su parte y los palestinos de la suya”, incluidos cambios en la cúpula política en ambos bandos para poder acometer las decisiones necesarias para impulsar la paz.
En este sentido, ha remarcado que “más guerra, más sangre, más dolor, más agonía no llevará a ninguna parte”. Además, ha apostado por “aprender a coexistir” y ha agregado que “lo necesario es lograr el apoyo del público y luego el apoyo de gobiernos de la región”.
Al Kidwa ha indicado que en la actualidad no hay un “maestro” palestino que aglutine el impulso político sobre el que graviten las posiciones árabes e internacionales sobre el conflicto, en parte debido a la ausencia de renovación política, con Abbas al frente de la Autoridad Palestina desde 2003.
“La guerra derivará en una nueva cúpula palestina y un nuevo Hamás”, ha vaticinado, antes de adelantar que el éxito del proceso pasa por “la reforma de la Autoridad Palestina”, con unas elecciones en un periodo de entre doce y 24 meses después del fin de la ofensiva en Gaza.
En este sentido, ha recordado que hace unos meses hubo llamamientos a favor de una reforma, si bien la comunidad internacional aplaudió posteriormente el nombramiento como nuevo primer ministro de Mohamed Mustafá, a quien ha descrito como “un tío majo”, pero “un empleado de Abbas”.
“UNA SALIDA DIFERENTE”
En esta línea, Olmert ha defendido que “la gente seria está buscando una salida diferente”, en un momento de gran oposición en el Ejecutivo de Israel a la solución de dos Estados, y ha agregado que es necesario plantearse la situación de fondo para lograr soluciones.
“En algún momento, la guerra terminará”, ha dicho, antes de abundar en que el problema esencial de la situación de los palestinos ha de ser abordado en algún momento. “Imaginemos que logramos victoria total. Eliminamos a todos los miembros de Hamás, no queda ninguno. Luego, ¿qué?”, se ha preguntado.
“Aún quedan seis millones de palestinos, ¿qué vamos a hacer con ellos? ¿Ocupar para siempre sus territorios, negando su derecho a la autodeterminación, sus derechos políticos, libertad de expresión y movimiento?”, ha cuestionado. “Si eso es lo que queremos, Israel se convertiría en algo absolutamente intolerable para la comunidad internacional”, ha alertado.
Por ello, ha apuntado a la existencia de una cierta “alienación” en la comunidad internacional respecto a las posturas actuales de las autoridades israelíes y ha abundado en que “la actual cúpula no está preparada” para acometer un plan de paz como el propuesto.
“La única alternativa es lo que proponemos. Necesitamos cambiar a nuestros líderes, tenemos que influenciar a nuestra gente y a la comunidad internacional”, ha dicho, antes de pedir a la UE una reunión a nivel de ministros de Exteriores para abordar la propuesta y adoptar un posicionamiento respecto a la misma, incluido su posible respaldo.
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