La hija de Lifschitz dice que su madre quiere “dar información” a otras familias de rehenes en manos de Hamás en Gaza
MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Yocheved Lifschitz, una de las rehenes liberadas en la tarde del lunes por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) tras su secuestro junto a más de 200 personas durante los ataques ejecutados el 7 de octubre por el grupo islamista contra territorio israelí, ha afirmado este martes que “vivió un infierno” durante el asalto y ha destacado que fue tratada “con sensibilidad” durante su cautiverio en la red de túneles en el enclave palestino.
Lifschitz, de 85 años, ha relatado su secuestro durante el ataque del 7 de octubre y ha detallado que fue trasladada en una motocicleta “con las piernas a un lado y la cabeza al otro” mientras era golpeada con palos. Asimismo, los asaltantes le robaron el reloj y otras joyas antes de obligarla a atravesar una zona de campos hasta llegar a la red de túneles, que ha descrito como “una tela de araña”.
Asimismo, ha destacado que “sufrió un infierno” durante los ataques y ha indicado que los miembros de Hamás irrumpieron en el kibbutz tras “volar” la valla, que “costó 2.500 millones de dólares (cerca de 2.350 millones de euros) construir y que no ayudó en nada”. “Las masas arrasaron nuestras casas. Golpearon a la gente y secuestraron a algunos. No distinguieron entre jóvenes y ancianos, fue muy doloroso”, ha lamentado.
Lifschitz ha manifestado además que, una vez en los túneles de Gaza, los miembros de Hamás les comentaron que “eran creyentes en el Corán y no les harían daño”. “Nos dijeron que viviríamos en las mismas condiciones que ellos en los túneles”, ha señalado, antes de incidir en que fueron vigilados “de cerca”, tal y como ha informado el diario israelí ‘Haaretz’.
En este sentido, ha explicado que atravesó un túnel hasta llegar a una sala en la que había otros 25 rehenes, tras lo que tanto ella como otras cuatro personas fueron trasladadas a otra habitación durante entre dos y tres horas, según ha recogido el diario ‘The Times of Israel’. “El tratamiento que recibimos fue bueno”, ha contado, antes de agregar que recibió medicinas y comida durante su cautiverio a manos de Hamás.
La mujer ha respondido además a por qué dio la mano de un miembro de Hamás tras su liberación y ha explicado que “les trataron bien”. “Parecía que realmente estaban preparados y que habían ocultado esto durante mucho tiempo”, ha sostenido. “Vinieron un médico y un doctor”, ha dicho Lifschitz, quien ha agregado que posteriormente se les entregaron mantas, mientras que los médicos realizaron visitas cada dos días.
“El tratamiento que nos dieron fue bueno”, ha señalado la mujer, que ha relatado que los doctores trataron a un rehén que se encontraba herido y que se preocuparon por garantizar que las condiciones en las que estaban eran higiénicas. “Limpiaron los baños, no lo hicimos nosotros. Tenían miedo a un contagio”, ha dicho.
Lifschitz ha especificado además que los secuestradores “intentaron” conversar con ellos, si bien los rehenes “no respondieron” a asuntos sobre política. “Hablaron con nosotros de todo tipo de cosas. Fueron muy amigables”, ha dicho, antes de incidir en que los miembros de Hamás “satisficieron todas las necesidades, lo que hay que reconocer”. “Comimos lo que ellos”, ha reseñado.
Por otra parte, ha vertido críticas contra el papel del Ejército ante los planes de Hamás y ha dicho que los ciudadanos “fueron chivos expiatorios”. “El Ejército, al parecer, no se lo tomó en serio y de pronto una mañana de shabbat en la que todo estaba tranquilo hubo un ataque intenso contra las comunidades y una turba entró a través de la valla. Fue muy duro. Mi memoria sigue repitiendo esas imágenes”, ha apostillado.
La comparecencia de Lifschitz se ha visto seguida por críticas por parte de algunos analistas y expertos que consideran que algunos medios se están centrando ahora en que Hamás trató con respeto a los rehenes, según la emisora pública israelí, Kan.
En esta línea, un columnista del diario ‘Israel Hayom’ ha sostenido que las declaraciones de la mujer son “una victoria a nivel de propaganda para Hamás”. “La verdad es que no hay que ser un experto en relaciones públicas para saber que no puedes tener una rueda de prensa así en directo por televisión”, ha argumentado.
Asimismo, Dana Weiss, de la cadena Channel 12, ha apuntado que la rueda de prensa ha sido “un desastre”, mientras que Daphna Liel, de esta misma cadena, ha manifestado que “no hay duda de que las declaraciones de Lifschitz podrían haber sido gestionadas mejor”.
“DAR INFORMACIÓN” A OTRAS FAMILIAS
Previamente, Sharone Lifschitz, hija de Yocheved, ha indicado que “parece estar bien” y que “quiere dar información” sobre la situación de otros rehenes trasladados por la fuerza a la Franja de Gaza. “Está muy lúcida y quiere compartir la información, hablar con las familias de otros rehenes con los que estaba”, ha manifestado en declaraciones concedidas a la emisora británica BBC Radio 4. “Me senté junto a ella durante una hora y ahora mi hermano está con ella. Todo el mundo está muy cansado. Ha pasado mucho”, ha señalado, antes de mostrarse “orgullosa” de su madre.
“Ver a mi madre de nuevo es algo increíble”, ha manifestado, antes de mencionar el vídeo sobre la liberación de Lifschitz, en el que se puede ver cómo vuelve y da la mano brevemente a un miembro de Hamás. “La forma en la que salió y luego volvió para dar las gracias fue bastante increíble. Es muy suyo”, ha destacado, antes de recordar que “aún hay 200 personas allí y no hay que dejarse llevar por la alegría personal, sino trabajar para la liberación de todos”.
Así, ha recalcado que la liberación de su madre “es un pequeño rayo de luz, pero hay una enorme oscuridad y la guerra sigue en marcha”. “Hay atrocidades que no hemos empezado a procesar. No sé si mi madre sabe sobre la casa y que todo ha desaparecido”, ha destacado Lifschitz, quien ha hecho hincapié en que la familia “vive día a día”.
En este sentido, ha reconocido que la familia aún no tiene información sobre su padre, quien también fue secuestrado. “No estaba con mi madre, así que ella no sabe dónde está. Mi padre estaba cada vez más frágil”, ha alertado, antes de especificar que su padre “estaba muy implicado en asuntos políticos en el kibbutz”, así como “en los derechos de los palestinos y trabajar hacia la paz con los vecinos”.
Lifschitz ha detallado que su padre era de la opinión de que “es necesario encontrar una forma de vivir juntos”. “Sentía que era muy fácil encontrarla y estaba muy decepcionado y luchaba firmemente contra la idea de la ocupación y la guerra perpetua”. “Espero que esté allí, que se le esté cuidando y que tenga la oportunidad de hablar. Habla bien el árabe y puede comunicarse muy bien con la gente allí. Conoce a mucha gente en Gaza, así que quiero pensar que estará bien”, ha zanjado.
Hamás liberó el lunes a Lifshitz y Nurit Cooper –ambas residentes en el kibbutz de Nir Oz–, quienes fueron trasladadas a un hospital en Israel. La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio las gracias a Egipto por “su ayuda” y al Comité Internacional de la Cruz Roja “por su importante función, que salva vidas”.
La noticia de la liberación fue publicada por el brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, que informaron de la liberación “motivos de fuerza mayor” y motivos de “enfermedad” de las dos mujeres, según dijo el portavoz del ala militar del grupo islamista, Abú Obeida.
Los ataques de Hamás se saldaron con cerca de 1.400 muertos y más de 220 secuestrados. Por su parte, las autoridades de la Franja de Gaza, controlada por el grupo islamista, han confirmado cerca de 5.800 palestinos muertos a causa de los bombardeos del Ejército de Israel, que se suman a más de 90 en operaciones de las fuerzas de seguridad israelíes y ataques de colonos en Cisjordania.
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