Más de 16.000 niños, niñas y adolescentes del sistema de protección siguen en centros residenciales, según datos de Observatorio de infancia
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La Asociación Nuevo Futuro ha propuesto impulsar el acogimiento familiar desde el acogimiento residencial con el fin de “dotar de un papel más protagonista a los equipos técnicos y educativos de los centros en todas las fases del acogimiento familiar”.
“Que el niño o niña en acogimiento familiar pueda contar con un recurso residencial de referencia, y que este recurso comparta las responsabilidades de cuidado y apoyo con la familia de acogida, como ya se está haciendo en otros países europeos”, ha recalcado la asociación, que atiende a 1.665 niños, niñas y jóvenes a través de 125 hogares de acogida y centros de día.
En concreto, la directora de Nuevo Futuro, Miriam Poole Quintana, ha asegurado que esta medida ayudaría a dar una respuesta efectiva a los problemas descritos por el Defensor del Pueblo en su informe de 2022, donde señala que, “aunque el sistema de protección avanza lentamente hacia el acogimiento familia”, existen “serias dificultades” como el “insuficiente número de familias acogedoras” y “la falta de recursos de apoyo y acompañamiento”.
En la actualidad, según el Boletín de datos estadísticos de medidas de protección a la infancia (2021) del Observatorio de la infancia, un total de 16.177 niños, niñas y adolescentes del sistema de protección residen en recursos residenciales y 18.455 están siendo acogidos por familias. “De las 12.756 bajas de centros de menores que hubo en 2021, solo el 7% de estas tuvo como motivo el paso del niño o niña a acogimiento familiar”, ha señalado la asociación.
NUEVAS FUNCIONES
Así, con el fin de impulsar el acogimiento familiar, Quintana ha indicado que los centros de acogida resultan “piezas claves” y para ello ha enfatizado en que “habría que dotarlos de nuevas funciones”. Entre otras, la directora propone fomentar el acogimiento familiar en el entorno de los centros a través del trabajo conjunto de los equipos educativos con las asociaciones de acogimiento familiar; o promover el paso a acogimiento familiar con mayores apoyos específicos desde la cercanía.
También aboga por favorecer la adaptación del niño/a al nuevo contexto convivencial creando la figura de referente de acogimiento familiar (por la importancia de no romper drásticamente los vínculos de la persona menor con el centro y su educador de referencia); o apoyar y hacer seguimiento a las familias acogedoras para facilitar la adaptación del niño o la niña.
En este contexto, Quintana ha expuesto que también habría que diseñar recursos de apoyo y acompañamiento profesional especializado para las familias de acogida, “de tal manera que exista la opción de solventar dificultades, evitar y/o revertir los ceses de acogimiento familiar, promover espacios para compartir experiencias; y mejoras en futuros acogimientos”.
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