MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Más de 15.000 personas se han manifestado este lunes en las ciudad de Leipzig y de Essen en contra de la ultraderecha y de Alternativa para Alemania (AfD), según estimaciones de la Policía, después de que el canciller, Olaf Scholz, y políticos de otros partidos lideraran una multitudinaria marcha el domingo en Berlín.
La marcha más importante ha sido la de Essen, donde unos 6.700 manifestantes han salido a la calle en la tarde del lunes. En Leipzig han sido unos 6.000 los asistentes y en Rostock, unos 2.500, informa la televisión pública alemana ARD.
Los manifestantes han mostrado pancartas con lemas como “Colores en lugar de uniformes pardos” o “No permitamos a los nazis marchar o participar en el gobierno”. Han secundado la marcha organizaciones como Abuelas Contra la Derecha o la organización juvenil DGB.
En Leipzig han protestado contra AfD y contra el grupo ultraconservador Unión de Valores. La coalición Leipzig se planta ha convocado la protesta bajo el lema “¡Basta!” y se han coreado consignas como “Fascismo nunca más”.
El domingo unas 10.000 personas se manifestaron contra AfD en Potsdam, a las afueras de Berlín, con el canciller alemán, Olaf Scholz, a la cabeza. También estuvieron presentes la ministra de Exteriores y líder ecologista, Annalena Baerbock, y representes de la Unicón Cristiano Demócrata (CDU) y La Izquierda.
Las protestas se producen en respuesta a un informe del medio de comunicación Correctiv a principios de semana, que reveló detalles de una reunión en una villa de Potsdam en noviembre a la que asistieron miembros de la extrema derecha AfD, algunos miembros de la CDU y miembros del grupo conservador Werteunion.
El exlíder del movimiento identitario de extrema derecha en Austria, Martin Sellner, confirmó que en la reunión habló de la deportación o “remigración” de inmigrantes, un término empleado por grupos extremistas para describir la expulsión en masa de extranjeros.
Según Correctiv, Sellner mencionó durante la reunión de Potsdam tres grupos destinatarios: los solicitantes de asilo, los extranjeros con derecho a permanecer en el país y los “ciudadanos no asimilados”. El alcalde de Potsdam, Schubert, afirmó: “Estos planes recuerdan el capítulo más oscuro de la historia alemana”. Por lo tanto, es hora de que los alemanes den la cara y defiendan la democracia, afirmó.
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