BRUSELAS, 17 (EUROPA PRESS)
El nuevo Parlamento Europeo ha confirmado este miércoles su apoyo a Ucrania frente a la invasión de Rusia y evidenciado el cordón sanitario al grupo de los Patriotas por Europa –impulsado por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán–, tercera fuerza en la Eurocámara, y al que varios eurodiputados han tildado de “falsos patriotas”.
Junto a la alianza de Patriotas por Europa, otros dos grupos de extrema derecha, los Conservadores y Reformismas (ECR) de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y la Europa de las Naciones Soberanas, suman 187 de los 720 escaños en la Eurocámara.
Sin embargo, el cordón sanitario no parece aplicarse a ECR, que este miércoles se ha alineado con el resto de fuerzas, desde la derecha del Partido Popular Europeo (PPE) hasta la Izquierda, para reafirmar el apoyo de la UE a Ucrania en un debate temático con el que ha arrancado la sesión plenaria de este miércoles en Estrasburgo (Francia).
El debate ha culminado con la aprobación de una resolución por 495 votos a favor, 137 en contra y 47 abstenciones, lo que ha evidenciado que los Patriotas por Europa y la Europa de las Naciones Soberanas han quedado aislados en su aproximación a Putin. Este texto establece la primera posición oficial del nuevo Parlamento Europeo sobre la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, reafirma el continuo apoyo de los eurodiputados y condena la visita de Orbán a Moscú, como “una flagrante violación de los tratados y la política exterior común de la UE”.
El documento también apunta que Hungría debería afrontar las repercusiones de estas acciones y señala que el hecho de que el ataque al hospital infantil en Kiev haya seguido a la “misión de paz” de Orbán, como la denomina Budapest, demuestra la “irrelevancia” de los “supuestos esfuerzos de paz” del primer ministro húngaro.
“La victoria de Ucrania es lo único que puede poner fin a la invasión rusa tras dos años de esta guerra bárbara”, ha defendido el eurodiputado de ECR Joachim Stanislaw Brudzinski (ECR), para dejar clara su postura en el debate, al tiempo que ha reclamado que Rusia, que “utiliza su fuerza para debilitar las democracias en todo el mundo”, tiene que “rendir cuentas” porque “no hay paz sin justicia”.
Al situarse del lado de la mayoría pro Ucrania en la Eurocámara, ECR busca desmarcarse del cordón sanitario a un día de la votación para la reelección de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a quien respalda una ajustada mayoría de eurodiputados que ha puesto como línea roja cualquier cooperación con la extrema derecha.
La propia Von der Leyen ya había tratado de diferenciar entre los tres grupos –ECR, Patriotas por Europa y la Europa de las Naciones Soberanas del partido ultra Alternativa por Alemania– y ha tendido la mano al partido de Meloni, al afirmar que contará con quienes se declaren proeuropeos, contrarios al régimen del ruso Vladimir Putin y defensores del Estado de derecho.
Con todo ello, ECR ha logrado salvar los ataques del resto de la Eurocámara, que han ido dirigidos al grupo de Orbán, al que socialistas y verdes han coincidido en tachar de “falsos patriotas”.
“Somos testigos de la connivencia de la extrema derecha de esta cámara con Putin”, ha lamentado la presidenta del grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) en el Parlamento Europeo, Iratxe García, quien ha recordado que “hace unos días, la cabeza más visible del nuevo grupo de los falsos patriotas, Orbán, se reunió con Putin para denigrar a la UE, proclamar que tiene un plan de paz que nadie conoce y promocionar el expansionismo ruso”.
En la misma línea, el eurodiputado de los Verdes Sergey Lagodinski ha criticado que “los falsos patriotas hablen de la posibilidad de una escalada” de la guerra mientras Rusia destruye un hospital pediátrico en Kiev, al tiempo que ha defendido que “los ucranianos tienen que poder defenderse y para ello tienen que formar parte de la familia europea”.
También el eurodiputado ‘popular’ Andrzej Halicki ha arremetido contra el grupo de Orbán, que incluye también a Vox y los partidos de Marine Le Pen y Matteo Salvini, al advertir de que “nadie tiene derecho a llamarse a sí mismo patriota si al mismo tiempo socava el esfuerzo común” de la UE, una intervención que ha remachado parafraseando al primer ministro polaco, Donald Tusk, al apuntar que “quien ayuda a Ucrania se ayuda a sí mismo”.
A estas voces se han sumado las de la presidenta del grupo de los liberales en la Eurocámara (Renew) Valérie Hayer, que ha pedido “solidez frente a Putin contra aquellos que divulgan su propaganda”, en referencia al viaje a Moscú de Orbán, a quien acusa de “despreciar a la UE y sus instituciones dos días antes de que se bombardeara un hospital en Kiev”. “No podemos permitirlo, tenemos que estar a la altura”, ha reclamado.
Para el eurodiputado de la Izquierda Martin Schirdewan resulta también “evidente” la necesidad de que la UE siga prestando su apoyo a Ucrania mientras Rusia ataca al país de manera “cotidiana” y se ha referido a la destrucción de la clínica pediátrica en Kiev como una “nueva muestra de la crueldad de Putin”.
RESPUESTA DE PATRIOTAS Y NACIONES SOBERANAS
Por contra, el presidente del grupo de los Patriotas por Europa, Jordan Bardella, ha defendido a Orbán al afirmar que “no se puede acusar a Hungría de causar un impacto negativo cuando se han intentado abrir nuevas vías de diálogo”, al tiempo que ha rechazado la entrada de Ucrania en la OTAN por considerar que esto puede derivar en una “escalada del conflicto”.
Bardella ha advertido también de las consecuencias económicas para los Estados miembro si el apoyo a Kiev les sigue costando un “0,5% de su PIB anual”, algo que cree que “fragiliza” a la UE, aunque, pese a todo ello, defiende la soberanía territorial de Ucrania y rechaza su “absorción” por parte del “imperialismo ruso”.
Quien cree que sí existe un “precio para las negociaciones de paz” es el eurodiputado de la Europa de las Naciones Soberanas René Aust, quien ha criticado que, “hasta ahora, la estrategia de paz ha acercado más aún a los Estados miembro a una situación de guerra”, por lo que pide cambiar de estrategia, razón por la que ha agradecido la iniciativa de Orbán pese a su defensa de medidas “poco populares” porque, a su juicio, “lo justo no siempre es lo más popular”.
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