COPENHAGUE, 28 (de la enviada especial de Europa Press, Candela Jiménez)
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica autoinmune que afecta mayoritariamente a las mujeres, concretamente tres de cada cuatro pacientes son mujeres, ya que está muy relacionada con las hormonas, lo que hace que esta enfermedad tenga sus consecuencias en etapas como el embarazo, el posparto o la menopausia, aunque los científicos están cada vez más cerca de encontrar una estrategia terapéutica para reducir los brotes en estas etapas de la vida.
“La esclerosis múltiple, como muchas enfermedades autoinmunes, son de mujeres. Porque sabemos que las hormonas sexuales tienen que ver con la inmunidad, aunque la razón cien por cien exacta no se sabe, pero se sabe que las hormonas sexuales femeninas están relacionadas con la inmunidad y por eso hay más mujeres que tienen la esclerosis múltiple”, ha asegurado la jefa de sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, la doctora Celia Oreja-Guevara, en una entrevista con Europa Press durante el Congreso ECTRIMS de Esclerosis Múltiple celebrado en Copenhague (Dinamarca).
En este sentido, los abordajes terapéuticos de la mujer no son iguales que los hombres ya que se debe tener en cuenta en qué momento vital se encuentran puesto que, por ejemplo, durante el embarazo no se pueden recibir tratamientos de esclerosis múltiple, o durante la menopausia muchos síntomas son similares a los de la propia menopausia, por lo que los neurólogos tienen que tener en cuenta un amplio número de variables.
Así, según ha explicado la doctora Celia Oreja-Guevara, durante el embarazo las mujeres no suelen tener brotes nuevos ya que en este periodo “disminuye la inflamación porque aumentan mucho los estrógenos y la progesterona”. Sin embargo, después del parto ocurre al contrario ya que las hormonas sexuales femeninas “empiezan a bajar” y, por tanto, “en el periodo de postparto es el periodo donde puede haber más brotes”.
Debido a que en el periodo postparto es donde las mujeres tienen un mayor riesgo de tener nuevos brotes de la enfermedad, la doctora Oreja-Guevara ha resaltado la importancia de buscar nuevas estrategias terapéuticas para esta época, como es el caso de la estrategia que ha presentado en ECTRIMS, que consiste en que, en pacientes que han tenido brotes previos o que tienen tratamientos de muy alta eficacia, se empieza con los tratamientos a los 15 días de dar a luz, logrando que solo el siete por ciento (de las 128 analizadas) tuviesen una recaída en los seis meses posteriores al parto.
La estrategia para reducir los brotes postparto se basa en reducir los factores previos al embarazo al máximo posible e iniciar el tratamiento modificador de la enfermedad (DMT, por sus siglas en inglés) a los 15 días postparto si la paciente estaba tratada con DMT de alta eficacia o tiene factores de mal pronóstico.
“Lo que hacemos es empezar antes el tratamiento, a los 15 días de dar a luz ya que algunos tratamientos los pueden mantener durante la lactancia y otros no”, ha explicado la doctora apuntando que es importante que las pacientes “se queden embarazadas de una forma planificada” ya que, “si acaban de tener un brote, es recomendable que esperen un año antes de quedarse embarazadas porque todas aquellas pacientes que tienen un brote antes de quedarse embarazadas en el año previo, tienen muchas posibilidades de que cuando acabe el embarazo tengan otro brote”.
En este sentido, la doctora ha señalado que es aconsejable quedarse embarazada cuando se está dos años sin brotes y sin lesiones nuevas en resonancia, ya que esto hace que el riesgo de tener nuevos brotes en el postparto se reduzca.
Con esta estrategia, analizada en el estudio ‘Optimización del manejo del embarazo para reducir la actividad clínica y radiológica del postparto en pacientes con EM’, en el que ha participado la doctora Oreja-Guevara, el 41,4 por ciento de las pacientes recibió DMT en los 15 días postparto, lo que se ha asociado con una reducción de recaídas postparto, solo el siete por ciento tuvieron brotes.
Asimismo, se muestra que la anticoncepción hormonal, la reproducción asistida, la edad y el tratamiento previo no se correlacionaron con actividad clínica y actividad radiológica.
Según las conclusiones de este estudio, la tasa de recaída postparto fue significativamente inferior en comparación con otros estudios publicados. La actividad clínica y radiológica previa al embarazo se identificaron como factores que influyen en la actividad postparto.
POSIBLES TRATAMIENTOS PARA LA MUJER Y EL EMBARAZO
Entre los posibles tratamientos para las mujeres que planean quedarse embarazadas, la experta ha destacado los anticuerpos monoclonales CD20, de los que también se ha hablado en ECTRIMS, ya que, según ha asegurado, “se ha descubierto ahora que se pueden administrar hasta el tercer mes de embarazo”.
“Con ello no hay que parar el tratamiento para que la mujer se quede embarazada, sino que cuando se queda embarazada lo podemos quitar. Y así no hay un problema de que la paciente se quede sin tratar”, ha remarcado.
Otro de los tratamientos que ayudan en el abordaje terapéutico de las mujeres fértiles es cladribina comprimidos (‘Mavenclad’) ya que este tratamiento se administra en un corto periodo de tiempo y permite controlar la enfermedad durante cuatro años con un máximo de 20 días de tratamiento oral distribuidos en los dos primeros años, permitiendo así el control de la enfermedad durante el embarazo y postparto sin exposición fetal.
Durante este periodo, el paciente no está recibiendo tratamiento activo, pero está bajo el efecto a largo plazo del tratamiento. Tiene ventajas en pacientes con EM que planifiquen embarazo ofreciendo oportunidad de embarazo seis meses después de la última dosis ya que, al ser una terapia de reconstitución inmune, no es necesaria la discontinuación de tratamiento en el embarazo. También se puede dar lactancia una semana después de la última dosis.
Los resultados de la extensión de MAGNIFY-MS, un estudio fase IV en el que se evaluó a pacientes (n=219) en tratamiento con cladribina comprimidos y esclerosis múltiple recurrente (EMR) activa, confirmaron que el 79,2 por ciento de los pacientes no presentaron signos de actividad de la enfermedad (NEDA-3) durante el cuarto año de tratamiento.
MENOPAUSIA Y ESCLEROSIS MÚLTIPLE: PROS Y CONTRAS
La esclerosis múltiple no solo puede influir en las mujeres durante su edad fértil, sino que esta enfermedad se puede complicar una vez llega la menopausia ya que en esta época vital las hormonas sexuales femeninas bajan, provocando más problemas de salud que se solapan con la propia enfermedad de la EM.
“En las pacientes de esclerosis múltiple (EM), los síntomas de esclerosis se solapan con los síntomas de la menopausia. Entonces, en la menopausia normalmente las mujeres están más cansadas, pero es que en la esclerosis las pacientes tienen fatiga, y no sabemos si es de la menopausia o es de la esclerosis. Las pacientes también de esclerosis tienen a veces problemas con la vejiga, pero también muchas mujeres en la menopausia empiezan a tener que levantarse por la noche para ir al baño, o sea, tienen problemas de la vejiga”, ha explicado la doctora Oreja-Guevara.
Asimismo, las pacientes con la menopausia tienen problemas de insomnio, y pacientes de esclerosis también, por lo que son muchos los síntomas que se solapan y los expertos tienen que evaluar si estos se deben a la menopausia o a la esclerosis para poder tratarlos.
No obstante, la experta ha resaltado dos puntos positivos, y es que las pacientes con esclerosis tienen menos sofocos durante la menopausia, además de que son “más resilientes” y “aguantan mucho mejor la menopausia psicológicamente que las mujeres sanas”.
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