MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Médicos Sin Fronteras ha alertado este viernes del riesgo de la población somalí de sucumbir a “una grave crisis de desnutrición” empeorada por las sequías, la inestabilidad económica y la fragilidad del sistema sanitario, entre otras, y ha llamado a la comunidad internacional a actuar “de inmediato” a fin de evitar “este sufrimiento generalizado, cuyas consecuencias podrían ser catastróficas”.
“La escasez crónica de fondos ha paralizado los esfuerzos humanitarios, obligando a reducir o cerrar programas vitales de nutrición. La inminente amenaza de una sequía provocada por La Niña en 2025 podría poner al borde del abismo a una población ya de por sí vulnerable”, ha expuesto la organización en un comunicado.
Lejos de ser una situación puntual, “la desnutrición se ha convertido en una “crisis permanente” en algunas zonas del país, donde las tasas de desnutrición se mantienen elevadas más allá de las temporadas habituales de escasez, según la coordinadora médica de MSF en el país, Jarmilla Kliescikova.
“Se trata de una crisis crónica que exige una intervención permanente” y así lo reflejan los datos de 2024, año en el más de 18.000 niños fueron tratados por Médicos Sin Fronteras por desnutrición aguda severa.
No obstante, según datos de según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), el total de niños que padecía desnutrición aguda el año pasado asciende a 1,7 millones, de los cuales 430.000 sufrían desnutrición aguda grave. Sin embargo, la organización ha lamentado que sus intervenciones alcanzaron únicamente para dar cobertura a un escaso uno por ciento de la población desnutrida total.
UN GOLPE DEVASTADOR
En este contexto, la escasez de financiación se ha perfilado como uno de los grandes obstáculos para la ayuda humanitaria en la región, dando lugar a una reducción obligada de programas esenciales cuyas consecuencias han supuesto varapalo para el país, pues “llegan en el peor momento posible”.
“El cierre de estos programas ha dejado un vacío devastador. Los programas se están viendo obligados a rechazar a niños que necesitan desesperadamente alimentos terapéuticos para salvar sus vidas (…). Esto no es sólo una crisis, es una catástrofe que se desarrolla en tiempo real”, ha ilustrado el coordinador de programas de MSF en Somalia, Mohammed Ali Omer.
La sequía y la escasez han repercutido también en el sistema sanitario somalí, que “se enfrenta a una demanda incesante y corre el riesgo de colapsarse por completo a medida que aumentan los brotes y las complicaciones”.
Así las cosas, MSF ha argumentado que “reducir la ayuda ahora no solo es irresponsable, sino mortal”, y ha reiterado que gobiernos y donantes deben “actuar ahora, antes de que llegue la sequía de 2025”. “Es urgente mejorar el tratamiento nutricional, ampliar la distribución de alimentos y reforzar los servicios de salud para salvar vidas mientras aún haya tiempo”, han zanjado.
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