La ONG alerta del riesgo de propagación de enfermedades y la restricción del acceso a la salud en varias zonas en Kivu Norte
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha reclamado este martes una “respuesta urgente” ante la crisis humanitaria en la provincia de Kivu Norte, en el este de República Democrática del Congo (RDC), que ha descrito como “absolutamente impactante en su escala y gravedad”.
“La crisis en Kivu Norte es absolutamente impactante en su escala y gravedad, pero la respuesta humanitaria es demasiado lenta en demasiados lugares”, ha dicho la directora de MSF en Estados Unidos, Avril Benoit, que en la actualidad trabaja en Goma. “Hay una evidente falta de ayuda que llegue a las personas con necesidades básicas de vivienda, medicinas, alimentos y agua potable. Vemos que el impacto sanitario es enorme y va en aumento”, ha agregado.
Alrededor de un millón de personas han huido de sus hogares en la provincia a causa de repunte de los combates entre el Ejército y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) durante el último año, una situación en la que los damnificados quedan expuestos al riesgo del cólera, el sarampión la desnutrición y la violencia sexual ante la ausencia de una respuesta adecuada a la crisis.
Los desplazados por la violencia durante los últimos meses están residiendo con familias en localidades de acogida o en instalaciones informales, incluidas tiendas de campaña hechas con plásticos o redes antimosquitos en los alrededores de la capital de Kivu Norte, Goma. Además, otras personas están alojadas en iglesias y escuelas de la zona.
Los equipos de la ONG han estado trabajando en los campamentos informales en los alrededores de Goma desde mayo de 2022, donde entregan atención médica gratuita, agua potable, letrinas y duchas. En el asentamiento de Bulengo hay una letrina para cada 500 personas, una décima parte de las necesarias en una emergencia humanitaria, mientras que en Lushagala los desplazados viven con un litro de agua potable al día, muy por debajo del estándar de 15 litros al día.
Asimismo, se han construido cerca de 3.000 alojamientos durante el último año para acoger a unas 15.000 personas en los alrededores de Goma, si bien el coordinador del proyecto de MSF en la ciudad, Abdou Musengetsi, ha lamentado que “es una gota en el océano en comparación con los cientos de miles de desplazados que acampan a las puertas de la ciudad”. “Las familias han estado a merced de las lluvias, las epidemias y la violencia desde hace meses, como demuestra el preocupante número de víctimas de violencia sexual que tratamos cada día en nuestras instalaciones médicas”, ha explicado.
Esta situación crea las condiciones ideales para la propagación de enfermedades, con brotes recientes de sarampión y cólera al norte de Goma. Además, la situación es crítica en Bulengo y Lushagala, donde los casos sospechosos de sarampión se han multiplicado durante las últimas semanas, con 2.500 pacientes con síntomas de cólera y más de 130 niños con sarampión en marzo sólo en Bulengo.
“Es una situación impactante”, ha subrayado el representante de MSF en RDC, Raphael Piret. “Nuestros equipos están trabajando a contrarreloj para luchar contra el cólera y hacer frente al creciente número de casos de sarampión, pero están completamente sobrepasados. Ante un desastre humanitario y sanitario que se desarrolla ante nuestros ojos, aumentar la asistencia a los desplazados, en Goma y otros lugares, es un asunto urgente”, ha reseñado.
Por otra parte, MSF ha hecho hincapié en el impacto del corte de carreteras a causa de los combates al norte de Goma, en los territorios de Masisi, Rutshuru y Lubero, lo que ha provocado que los accesos a estas zonas, conocidas como los “graneros” de Kivu Norte, queden sellados y aíslen a la población, incapaz de vender sus cosechas para comprar productos básicos, que además han sufrido un aumento de sus precios.
La situación ha provocado además que muchas instalaciones médicas se queden sin medicamentos, con algunos centros en Rutshuru sin recibir suministros desde hace meses. Además, la inseguridad alimentaria está aumentando en la provincia, con más de un tercio de la población en riesgo, según datos de Naciones Unidas. Los centros sanitarios apoyados por MSF en Rutshuru atendieron a más de 8.500 niños desnutridos en 2022, un aumento de cerca del 70 por ciento respecto al año anterior.
“Parece que la gente aquí ha sido abandonada”, ha lamentado la coordinadora de proyectos de la organización no gubernamental en Rutshuru, Monique Doux. “Desde hace meses, MSF ha sido la única organización humanitaria que trabaja en el territorio de Rutshuru, pero las necesidades de los habitantes superan con mucho nuestra capacidad de respuesta”, ha remachado.
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