La ONG, que ha reubicado a parte del personal, indica que la violencia deja a miles de civiles atrapados en el fuego cruzado
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado ataques contra hospitales en la región de Kivu Norte, en el este de República Democrática del Congo, que comprometen la seguridad de los civiles y el personal médico ante el aumento de la violencia, que ha dejado a decenas de miles de personas atrapadas en el fuego cruzado.
Los combates se han intensificado en la ciudad de Mweso, donde varias casas han sido alcanzadas por proyectiles, causando la muerte de numerosos civiles. Allí, a finales de enero varias balas alcanzaron la base de MSF y el hospital de la ciudad, hiriendo a un acompañante de un paciente. Poco después, la zona entre ambos edificios fue alcanzada por un artefacto explosivo.
Ante esta situación de falta de seguridad para los equipos, MSF ha decidido reubicar temporalmente a parte de su personal. “Seguimos brindando apoyo, principalmente de manera remota, al hospital de Mweso y otros nueve centros de salud de la zona. El personal regresará tan pronto como la situación de seguridad lo permita, pero no podemos brindar atención médica bajo estas condiciones, las instalaciones no son seguras y el personal se está quedando atrapado en el fuego cruzado”, ha explicado el coordinador del proyecto, Caglar Tahiroglu.
Los centros sanitarios que reciben apoyo de MSF han recibido un gran flujo de heridos de guerra en las últimas semanas, que ha provocado el desplazamiento de miles de personas, que han buscado refugio en los hospitales, si bien los civiles han tratado de abandonar el lugar para huir a otros lugares del país.
“La situación es extremadamente preocupante. El hospital está desbordado, con miles de personas hacinadas en su interior, tratando de protegerse de los combates. Junto al Ministerio de Salud, estamos haciendo todo lo posible para brindar atención, pero no tenemos material suficiente y hay una falta acuciante de alimentos”, ha indicado Tahiroglu.
Esta situación está teniendo efectos en la provincia vecina, Kivu Sur, donde han llegado 155.000 personas desplazadas desde diciembre de 2022. Muchas personas han sido derivadas desde los centros de salud de la parte sur de Kivu Norte al hospital general de Minova (norte de Kivu Sur), así como tras instalaciones sanitarias en la provincia vecina, que se están viendo sobrecargadas de pacientes.
“Las estructuras médicas en Minova están saturadas y sufren una escasez de medicamentos esenciales para tratar enfermedades comunes como la malaria, las enfermedades diarreicas, la desnutrición y las infecciones respiratorias. Durante las últimas cuatro semanas hemos visto duplicarse el número de casos semanales de violencia sexual que se tratan en el hospital de Minova”, ha explicado la coordinadora de emergencias de MSF en Kivu Sur, Rabia Ben Alí.
Desde marzo de 2022, el recrudecimiento de los enfrentamientos armados en la provincia de Kivu Norte, vinculado al resurgimiento del Movimiento 23 de Marzo (M23), ha obligado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares y ha provocado un desastre humanitario en una provincia ya devastada por más de 30 años de enfrentamientos armados, conflictos y desplazamientos masivos.
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