La ONG denuncia que ha atendido a casi medio centenar de heridos solo durante la primera semana de agosto
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Médicos sin Fronteras (MSF) ha denunciado este viernes un aumento de la violencia en Birmania contra la población de la minoría rohingya que está protagonizando un nuevo éxodo a Bangladesh para escapar del conflicto armado desatado en su país tras el golpe de Estado militar de 2021.
MSF avisa que, solo la primera semana de agosto, sus equipos en el gran campo de refugiados bangladeshí de Cox’s Bazar, han tratado a 39 heridos, casi la mitad mujeres y niños, algunos heridos por arma de fuego y metralla de mortero.
Las cifras alcanzaron su punto máximo el 6 de agosto, cuando los equipos de MSF trataron a 21 personas heridas, en lo que se trata de la primera vez en más de un año que los responsables humanitarios son testigos de ataques de semejante gravedad.
MSF cita declaraciones de supervivientes que afirman haber visto “cientos de cadáveres” desperdigados durante su peligroso trayecto, la repetición del éxodo protagonizado en 2017 por más de 700.000 rohingya para escapar de una campaña de exterminio del Ejército birmano.
Ahora, tras el golpe de Estado militar, “está claro que el espacio seguro para los civiles en Birmania se está reduciendo cada día más” porque, además del peligro que representa de por sí el recorrido, “se están quedando atrapados” en los combates entre los militares y los grupos de resistencia, avisa la representante de MSF, Orla Murphy.
El conflicto también ha afectado a la capacidad de MSF para llevar a cabo actividades médicas de forma segura. En junio, la ONG se vio obligada a suspender sus servicios en el norte del estado birmano de Rajine, cuna de esta minoría y punto de partida del éxodo, debido a la violencia, lo que ha privado a la población de atención médica vital y agravó aún más la crisis humanitaria.
MSF pide la protección inmediata de los civiles atrapados en el conflicto. “La población no debe ser objeto de ataques indiscriminados y se le debe permitir su marcha a zonas más seguras, mientras que todos los que necesitan atención médica vital deben tener acceso sin trabas y sostenido a las instalaciones médicas”, afirma Murphy.
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