MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
La ministra de Sanidad, Mónica García, aseguró este lunes que llevará a cabo su mandato en los próximos años “desde la ética”, ya que “puede dotarnos de herramientas de pensamiento y deliberación para afrontar los retos presentes y futuro”.
Así lo manifestó durante la inauguración de la 32ª Reunión de los Consejos Nacionales de Ética que tuvo lugar en el salón Ernest Lluch del Ministerio de Sanidad, en su primer acto público como titular de la cartera.
Durante su intervención, recordó que “el dolor y sufrimiento derivados de no reconocer la dignidad en todos los seres humanos ha de ser una de las cosas que nos muevan para mejorar nuestras sociedades y, más concretamente, la salud de nuestra gente”.
Por ello, destacó que dicha ética debe “ayudar a los gobernantes a tener altura de miras para llegar a acuerdos que partan del reconocimiento del resto de actores como interlocutores válidos y que pongan el bienestar de nuestras sociedades por encima de las batallas cortoplacistas de los partidos”.
“No podemos afrontar retos como el del crecimiento de los problemas de salud mental cavando trincheras, sino tendiendo puentes, construyendo herramientas de deliberación para tomar medidas que mejoren las vidas de la gente, que las doten de unas condiciones de vida que las mejoren y que les resten dolor y sufrimiento”, remarcó la ministra.
RECORTES Y DAÑO EN LA SALUD
De hecho, añadió, “en España ha habido épocas en las que se han llevado a cabo políticas a sabiendas de que habría gente que las sufriría en sus propias carnes. Se ha amputado la universalidad del sistema sanitario, se han implantado copagos de medicamentos en población pensionista, se han deteriorado los servicios sanitarios incrementando las listas de espera. Y todo ello a sabiendas de que supondría infligir un daño en la salud de muchas personas”.
Por ello, García afirmó que “si algo caracteriza a la ética en el ámbito de la salud, y debe también caracterizar a la política en este mismo ámbito, es la necesidad de guiarse por un fuerte principio de justicia”.
Por eso, recordó que los sistemas sanitarios, especialmente los públicos, han de ser garantes de la igualdad de oportunidades y de la capacidad de los individuos de poder tener varias oportunidades si las necesitan.
A este respecto, insistió que es labor de los gobernantes, de los profesionales sanitarios y de los expertos en ética clínica “identificar las situaciones de enfermedad y muerte, y no huir de esa realidad”.
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