MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Moldavia han salido al paso de las acusaciones vertidas en la víspera por el Ministerio de Exteriores de Rusia, que acusó a Chisináu de retrasar de forma premeditada la aceptación de las cartas credenciales de Oleg Ozerov, nominado por Moscú como embajador y que llegó a territorio moldavo hace ya cinco meses.
La diplomacia rusa cargó con contundencia contra Moldavia por estos hechos e incluso convocó al embajador moldavo, Lilian Darius, a quien se le entregó una nota verbal exigiendo una aclaración por los hechos. Ahora el Ministerio de Exteriores moldavo ha salido al paso para negar ningún tipo de violación de la Convención de Viena.
“Moldavia aplica sistemáticamente las disposiciones de la Convención de Viena de 1961, incluido el procedimiento para expedir cartas de acreditación. La fecha y formato de esta ceremonia son prerrogativa del Estado anfitrión de acuerdo con las tradiciones diplomáticas y la agenda de las instituciones competentes”, ha dicho.
Rusia convocó en la víspera al embajador Darius para exigir una explicación de por qué la presidenta moldava, Maia Sandu, aún no ha aceptado las cartas credenciales de Ozerov tras de cinco meses a la espera. El propio representante moldavo reconoció su “desconcierto” por la actuación de su presidenta, según informó Moscú.
El enviado por Rusia para liderar las labores diplomáticas en Chisináu reconoció a finales de febrero que aún seguía a la espera de que la presidenta Sandu aceptara sus cartas credenciales, un paso necesario para que el embajador pueda iniciar su trabajo tras llegar al país a comienzos de octubre.
Las relaciones entre Rusia y Moldavia atraviesan por una etapa de crisis desde que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenara a finales de febrero de 2022 la invasión de Ucrania, país con el que ambos comparten frontera. Esta guerra ha motivado que gran parte de los países europeos cierren filas frente a Moscú.
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