Recuerda que Benedicto XVI fue el primer papa en citar a Nietzche en un texto y asegura que junto a Francisco formaban un dueto no desgajable
ROMA, 4 (del enviado especial de Europa Press José María Navalpotro)
El español Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación, que lleva 25 años trabajando en la Curia vaticana, considera que la renuncia de Benedicto XVI al papado ha sido como suprimir una frontera. “Ahora, si otro Papa presenta su renuncia lo tendrá muchísimo más fácil”, asegura.
A su juicio, el Papa Francisco y el papa emérito componen un dúo, en sentido de dueto, no de duelo (enfrentamiento). “No se puede escoger a uno solo”, ha manifestado en declaraciones a Europa Press.
El prelado español ha observado que “la verdad es sinfónica. Benedicto acentuaba unos aspectos y Francisco, otros. Escoger uno frente a otro es un desgajamiento, no se puede hacer”.
En vísperas del funeral por el papa emérito este jueves 5 de eneroSánchez de Toca asegura que no es exacta la idea de que Ratzinger era apreciado por el mundo intelectual, pero no tanto por la masa de los fieles. “Basta ver la multitud silenciosa que se está viendo estos días, que acuden a rezar. Eso refleja el estilo sereno del Papa emérito”, recalca.
El prelado español tuvo trato frecuente con el entonces cardenal Ratzinger como miembro del Consejo Pontificio para la Cultura: “Sus intervenciones eran sobresalientes. Recuerdo una, magistral, sobre la belleza, la ‘via pulchritudinis’; y otra, sobre la secularización, que era una de las cuestiones que más le preocupaban”. A este respecto, monseñor Sánchez de Toca destaca los debates “entre Ratzinger y Martini, dos gigantes, frente a frente, en aquellas sesiones”.
Además, subraya que fue el entonces Papa Benedicto XVI quien tuvo la intuición de lo que después ha sido el Atrio de los Gentiles, “ya que el encuentro entre la fe cristiana y la cultura es una constante en su magisterio. Ratzinger sostenía que la fe nunca aparece en ‘estado químicamente puro’, sino que se expresa en sujetos, en formas culturales”. Y, añade, “viceversa, Ratzinger recuerda que no hay cultura sin que tenga en su núcleo este la religión, pues se pregunta por los misterios del mundo”.
A su juicio, “todos los que trataron en persona a Benedicto XVI destacan su afabilidad, su disposición a la escucha”. Así, asegura que cuando era prefecto de la Doctrina de la Fe, y recibía la visita de las diferentes conferencias episcopales de todo el mundo, el comentario unánime de los obispos era que el encuentro con Ratzinger era “el más rico y estimulante en la Curia romana”.
“NO ES UN ARRASTRADOR DE MASAS”
El subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación afirma que Ratzinger no es “un arrastrador de masas, un líder carismático como Juan pablo II. Le toco la tarea de defender el depósito de la fe”. Explica que lo hizo “porque se lo pidió Juan Pablo II. Las amonestaciones a teólogos responden a esta misión suya de defender la fe. No todo vale en teología”.
Monseñor Sánchez de Toca tuvo ocasión de escuchar la predicación del Papa emérito en varias ocasiones. “Le oí en italiano y en alemán, siempre predicando sin papeles, en unas intervenciones con finura y calidad. No era un predicador de masas, que arrastrase con unas palabras encendidas, pero si sabía llegar al público general, pues era profundo y accesible”, asegura.
De la labor de Ratzinger como autor, Sánchez de Toca destaca que “la relación entre fe, verdad y cultura ha estado en el centro de sus escritos”. “Ha sido el primer papa que cita en un texto pontificio a Nietzsche”. En todo caso, como teólogo, “si algo le define es Jesucristo. Habla de la búsqueda de Dios como la gran cuestión”
A este respecto, explica que su estilo es “limpio y transparente. En sus escritos, plantea una dificultad y las resuelve, siguiendo en cierto modo el esquema de la Suma Teológica de Santo Tomas”.
Entre sus intervenciones, subraya su discurso en la iglesia de los Bernardinos, en Paris, sobre la búsqueda de Dios; y su intervención ante el Parlamento alemán, en 2011. “Es una obra maestra de retórica política. Se mete en el bolsillo a diputados hostiles al Papa, hablándoles de ecología integral y ecología humana”, concluye.
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