MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La malaria es la enfermedad parasitaria que mayor morbilidad y mortalidad genera en el ser humano, además de causante de múltiples discapacidades. Por ello, la eliminación de la malaria en el mundo “debería ser una prioridad”, según señaló este lunes la ONG Medicusmundi.
Cada 1,06 minutos, la malaria mata a un niño menor de cinco años. Se trata de una enfermedad aguda y una clásica enfermedad materno-infantil. Alrededor del 80% de las muertes por malaria se producen en niños menores de 5 años, y la mayoría de las muertes restantes se producen en niños menores de 10 años y en mujeres embarazadas. Son datos que ofrece Medicusmundi, organización que reclama la eliminación de esta enfermedad en el mundo.
La incidencia en el ser humano sigue siendo “altísima”. En cifras globales, el ‘Informe mundial sobre la malaria 2022’ sitúa en 619.000 muertes y 247 millones de casos. Esto supone 59 casos por cada 1.000 habitantes de riesgo en 2021, cuando el objetivo marcado era de 31 casos según la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030.
Es la enfermedad letal infecciosa más antigua que se conoce, según destacó la entidad. Desde hace 30 millones de años afecta a todos los continentes, especialmente a África. Solamente la Antártida está libre de malaria. Por ello, “tiene el dudoso honor de ser la asesina más letal de la historia. Y a pesar de eso, todavía el ser humano no ha sido capaz de acabar con ella ni de controlarla”.
En cuanto a la tasa de mortalidad, ha aumentado en un 40% en Botswana o Eritrea. La incidencia de casos fue mayor en 2020 que en 2015 en cuatro países africanos: aumentó en un 25% en la República Democrática del Congo, Nigeria y Uganda, y un 40% en Angola.
Como dato positivo, en 2021 tanto China como El Salvador han declarado la erradicación de la malaria, y otros 25 países están en la senda de conseguirlo en 2025. No obstante, Medicusmundi, aseveró que “no se puede bajar la guardia”, ya que “la malaria siempre vuelve”.
MOSQUITERAS Y VACUNAS
Según el ‘’Informe 2022: La Salud en la cooperación’, la iniciativa más prometedora para poder controlar esta enfermedad, si se tiene en cuenta las resistencias al tratamiento con artemisina que están apareciendo en la región africana y a las resistencias a los insecticidas que se usan en las mosquiteras, serían las vacunas.
Una de las más avanzadas es la RTS,S/AS01 contra el ‘plasmodium falciparum’, que es el tipo de ‘plasmodium’ más mortal que causa malaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) está promoviendo su uso en la vacunación infantil en las regiones que tengan una carga media o alta de esta enfermedad, pero “no hay datos suficientes para poder valorar esta medida”, según la ONG, que espera “una vida salvada por cada 200 vacunas inoculadas”, además de “una disminución del 40% de los episodios de malaria”.
Según el doctor Pedro Alonso, que desde hace 15 años se dedica a combatir la malaria, esta enfermedad “es el paradigma de la pobreza”, ya que es a la vez consecuencia y causa de que muchos países arrastren una carga de subdesarrollo. Por un lado, millones de adultos no pueden trabajar, y millones de niñas y niños no pueden ir a la escuela.
Otros factores que aumentan su propagación son el cambio climático y el calentamiento global. Ambos están haciendo que haya más zonas del mundo aptas para los mosquitos trasmisores de malaria. Los empuja a desplazarse hacia nuevos espacios y regiones más altas a razón de 4,7 kilómetros cada año durante el último siglo.
Todo ello, unido a un calentamiento global de 1,2ºC, está favoreciendo la trasmisión de la malaria en nuevos territorios. La región la mediterránea, que tuvo malaria en el pasado, ahora está en riesgo de volver a tenerla. En España, el último caso autóctono de malaria fue en 1961, hace apenas 60 años y, aunque el riesgo de reinfección es bajo por el momento, “no se puede descartar”, concluyó Medicusmundi.
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