MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
Más de medio millón de muertes por ictus o accidentes cerebrovasculares en el mundo pueden estar relacionadas con el cambio climático, sobre todo en regiones con altas temperaturas.
Así se explica en un estudio publicado este miércoles en ‘Neurology’, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
Los investigadores descubrieron a lo largo de tres décadas que las temperaturas no óptimas (aquellas por encima o por debajo de las asociadas con las tasas de mortalidad más bajas) estaban cada vez más relacionadas con la muerte y la discapacidad por algún accidente cerebrovascular.
El estudio no prueba que el cambio climático provoque ictus, sino que muestra una asociación. Tampoco examinó otros factores de riesgo, como la presión arterial alta y los niveles altos de colesterol.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de estos accidentes cerebrovasculares se debían a temperaturas inferiores a las óptimas, pero también hallaron un incremento en los asociados con temperaturas superiores a las óptimas.
Con temperaturas más bajas, los vasos sanguíneos de una persona pueden contraerse y aumenta la presión arterial. La presión arterial alta es un factor de riesgo de accidente cerebrovascular. Las temperaturas elevadas pueden causar deshidratación, lo que afecta a los niveles de colesterol y provoca un flujo sanguíneo más lento.
“Los cambios dramáticos de temperatura en los últimos años han afectado la salud humana y han causado una preocupación generalizada”, según Quan Cheng, del Hospital Xiangya de la Universidad Central Sur en Changsha (China), quien añade: “Estos cambios de temperatura pueden aumentar la carga de accidentes cerebrovasculares en todo el mundo, especialmente en poblaciones de mayor edad y áreas con más disparidades en la atención médica.
RESULTADOS
Para el estudio, los investigadores analizaron 30 años de registros médicos de más de 200 países y territorios. Examinaron el número de muertes por ictus y la carga de discapacidad relacionada con ellos debido a temperaturas no óptimas. Luego dividieron los datos para observar diferentes regiones, países y territorios. También observaron grupos de edad y géneros.
En 2019, hubo 521.031 muertes por accidentes cerebrovasculares relacionadas con temperaturas no óptimas, así como 9,4 millones de años de vida ajustados por discapacidad debido a accidentes cerebrovasculares relacionados con temperaturas no óptimas. Los años de vida ajustados por discapacidad son el número de años de vida perdidos debido a muerte prematura y los años vividos con enfermedad.
Al comparar las bajas temperaturas con las altas, encontraron que 474.002 del total de muertes estaban relacionadas con las bajas temperaturas.
Los investigadores encontraron que la tasa de muerte por accidente cerebrovascular debido a cambios de temperatura para los participantes masculinos fue de 7,7 por 100.000 en comparación con 5,9 por 100.000 para las femeninas.
Asia central tuvo la tasa de mortalidad más alta por accidente cerebrovascular relacionado con temperaturas no óptimas, con 18 por cada 100.000. Por países, Macedonia del Norte tuvo la tasa de mortalidad más alta (33 por 100.000).
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