MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Más de 450.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en los últimos seis meses en la región congoleña de Kivu Norte, en el este de República Democrática del Congo (RDC), por el aumento de la violencia entre grupos armados y fuerzas del Gobierno central, que hace peligrar la atención humanitaria a esta población.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han advertido de que ya hay 200.000 desplazados internos sin “ayuda humanitaria esencial” y prevén que “si la actual tendencia del conflicto persiste”, otras 100.0000 personas corran la misma suerte “en los próximos días” debido al bloqueo de rutas.
Las dos agencias se han mostrado “enormemente alarmadas” por la escalada de la violencia en una zona donde casi siete millones de personas requieren ayuda urgente. ACNUR ha instalado tiendas para albergar a más de 40.000 cerca de la capital provincial, Goma, pero desde la ONU apelan ya a la intervención de la comunidad internacional para paliar la crisis humanitaria.
Quienes llegan a Sake, en algunos casos tras recalar en un inicio en otras zonas adonde no llegaba la ayuda, cuentan al personal que les atiende que se habían visto a tomar “decisiones desgarradoras”, entre ellas algunas que llevaron a hombres a arriesgar su vida para alimentar a sus hijos o a mujeres que pueden ser violadas sólo por recoger leña.
En octubre, se produjeron más de 3.000 violaciones de Derechos Humanos, casi el doble que en el mes anterior, según un informe de observadores que cita la violencia sexual y las ejecuciones arbitrarias como principales abusos. También dan cuenta de secuestros, extorsiones y vandalismo, todos ellos situaciones que “ilustran un preocupante patrón de abusos infligido a las poblaciones civiles”.
En el caso de los niños, las violaciones de Derechos Humanos se han disparado un 130 por ciento entre julio y septiembre en comparación con los datos de 2018. Los menores son especialmente vulnerables al reclutamiento por parte de grupos armados, con más de 450 casos verificados en el periodo analizado.
Las agencias de la ONU han pedido a todas las partes cesar la violencia y trabajar para poner fin al sufrimiento de la población civil, pero también ha emplazado a la comunidad internacional a responder de manera “rápida” y “generosa” para que la respuesta humanitaria disponga de suficientes recursos. Las organizaciones sólo han recaudado el 37 por ciento de los 2.300 millones de dólares (unos 2.100 millones de euros) solicitados para 2023.
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