MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La Policía de Malaui ha detenido a más de 300 refugiados, a los que ha trasladado a una prisión, mientras esperan su reubicación en un campo de refugiados en el municipio de Dedza, a 85 kilómetros de la capital del país, Lilongüe.
Los refugiados, entre los que hay mujeres y niños, están recluidos en la prisión de Maula, en Lilongüe, donde la Policía estaría impidiendo llevar comida a los arrestados, según ha denunciado el abogado de estos, tal y como recoge el periódico ‘Nyasa Times’.
Por su parte, el portavoz de la Policía Nacional, Peter Kalaya, ha declarado que la operación se está llevando a cabo con éxito, ya que ha contado con la colaboración de los distintos organismos de seguridad.
Las autoridades malauíes han asaltado los hogares y negocios de los refugiados y solicitantes de asilo para obligarles a trasladarse a un campamento, ya que las leyes del país prohíben a estos que permanezcan fuera de un campo de refugiados, ha informado BBC.
El único campo de refugiados del país tiene capacidad para albergar a poco más de 10.000 personas, pero ya acoge a más de 50.000 refugiados de Ruanda, Burundi, Etiopía y la República Democrática del Congo.
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