MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Un total de 11.286 personas migrantes, de las cuales 1.272 eran mujeres y 377 niños, han muerto en el mar en los últimos cinco años cuando intentaban alcanzar las costas españolas, según recoge el informe ‘Víctimas de la Necrofrontera 2018-2022’ realizado por la ONG Caminando Fronteras.
Esta entidad tiene desde 2007 una línea telefónica de alertas donde reciben informaciones y alertas de las personas que se encuentran en peligro en las fronteras. Toda esa información se recoge en el Observatorio de Derechos Humanos, creado en 2014, donde existe una base de datos de las alertas que se reciben de embarcaciones que están en peligro en el mar y la base de personas fallecidas y desaparecidas, construida con la información de familiares y comunidades migrantes.
Es con esta información con la que han llevado a cabo este informe que se centra en las rutas migratorias de la frontera occidental euroafricana, que es la frontera marítima y terrestre situada entre España y la franja costera del sur de Senegal hasta Argelia. Caminando Fronteras ha recopilando las cifras de personas muertas y desaparecidas en los cruces fronterizos.
Además de los números antes mencionados, la ONG destaca también que el número de embarcaciones que han desaparecido completamente en la frontera occidental euroafricana, y que ascienden a un total de 241. Además, señalan a la ruta canaria como la más mortífera de todas, ya que en ella se han contabilizdo un total de 7.692 víctimas, frente la ruta argelina, con 1.526 víctimas, la ruta de Alborán con 1.493 víctimas y la ruta del Estrecho con 528 víctimas.
Caminando Fronteras ha explicado que, en los últimos cinco años, se ha producido un cambio de contexto en las rutas utilizadas para llegar a territorio español, obligándoles a elegir rutas mucho más peligrosas y arriesgadas como la ruta canaria y la ruta argelina. En Según ha indicado, las cifras del estudio suponen un aumento, con respecto a periodos anteriores.
“Estas cifras demuestran el impacto negativo de las decisiones políticas a la hora de proteger el derecho a la vida en las fronteras y abre un debate sobre cuál debería ser el camino a seguir para revertir estos datos de muerte y desaparición. Tenemos claro que ese camino debe ser el de los derechos humanos y poniendo a las personas en el centro de toda la toma de decisiones”, ha indicado Helena Maleno, fundadora de la entidad y coordinadora de la investigación.
La activista también ha explicado que este informe que realiza la ONG “es esencial para avanzar en el respeto a los derechos humanos” y para poner en valor “la memoria de las personas fallecidas y desaparecidas”. “Para que siga presente y que sirva para llegar a la verdad, reparación, justicia y no repetición”, ha concluido.
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