MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó este miércoles en repetidas ocasiones de “asalto violento y organizado” lo sucedido en la frontera entre Nador (Marruecos) y Melilla el pasado 24 de junio, unos incidentes que se saldaron con al menos 23 migrantes muertos –37 según las ONG–, y negó que que se produjera “ninguna masacre en Melilla”.
Durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados a petición de los grupos Republicano, Plural y de EBildu, Marlaska evitó criticar las actuaciones de la gendarmería marroquí y defendió en todo momento a los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
A su juicio, “este trágico” suceso se originó como resultado de un intento de entrada a España “violento” por parte de “un grupo numeroso” de migrantes, que cifró en unas 1.700 personas.
En su intervención, el ministro insistió en que “los hechos ocurrieron en Nador, territorio marroquí”, y solo “de forma muy tangencial” en España, por lo que no se produjo “ninguna catástrofe en Melilla”.
Expresó su pésame por “la pérdida de vidas humanas y por las trágicas muertes” de personas migrantes, y también transmitió “su apoyo y solidaridad” con los 55 agentes heridos, al tiempo que dio “las gracias” a todos los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado que “trabajan día a día en la defensa del perímetro fronterizo de España”.
Marlaska tuvo además un recuerdo para los gendarmes marroquíes “que también fueron heridos”, y mantuvo que aquel día los agentes españoles recurrieron al “empleo oportuno y proporcionado del material a su disposición, incluido material antidisturbios”.
También destacó que 55 agentes de la Guardia Civil resultaron heridos aquella mañana y que varios vehículos fueron dañados.
RELATO DE LOS HECHOS
Marlaska ofreció un relato detallado de los hechos, según el cual, Interior tuvo el primer conocimiento de que algo ocurría a las cinco de la madrugada de aquel viernes, cuando las fuerzas marroquíes de seguridad avisaron a la Guardia Civil de que se aproximaba una multitud.
Dos horas más tarde, “el sistema de alerta temprana de la Guardia Civil confirmó un amplio despliegue de vehículos policiales”, prosiguió, y poco después, se observaron miles de personas “portando palos” que se aproximaban al vallado.
El ministro habló continuamente de “una multitud de personas organizadas”, que se dividió en dos grupos. Uno de ellos se dedicó a “rechazar la acción de la policía marroquíes del tejado ” mediante el lanzamiento de piedras y artefactos, y otro empezó a forzar la caseta fronteriza del Barrio Chino de Nador “con mazas, hachas y demás objetos contundentes”, incluso “con una sierra radial manual”.
De acuerdo con esta versión, a las 8.20 horas había dentro del recinto fronterizo, “en tierra de nadie”, 1.700 personas, divididas en estos dos dos grupos.
Varios asaltantes lograron forzar las puertas de entrada a Melilla “generando un embotellamiento que puso en riesgo la integridad de cientos de personas”, agregó.
En su comparecencia, Marlaska afirmó que estos hechos “fueron de una gravedad extrema” y recordó que la Fiscalía General del Estado y el Defensor del Pueblo ya abrieron investigaciones para aclarar lo sucedido.
Defendió que España es “un país acogedor y solidario” con quienes quieren entrar de forma pacífica, pero “también somos un país democrático, que en modo alguno puede aceptar que su frontera y los empleados públicos que la guardan se vean agredidos de forma violenta e intolerable”.
A su juicio, “la respuesta del Estado es firme, serena y proporcionada”. “Se identifica a los responsables, se protege a los vulnerables y se garantiza el ejercicio de los derechos de todos ellos”, concluyó.
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