MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
La artista Marisa González, galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas y pionera del videoarte, ha asegurado que no trabajará con la Inteligencia Artificial (IA) porque es un mundo que, a sus 80 años, ya no le “interesa demasiado”
“No me voy a meter con ella, ya tengo 80 años, ya he investigado y es verdad que cada vez que sale una tecnología nueva todo el mundo da por hecho que estoy trabajando con ella. Y yo en broma respondo ‘oye, que yo era pionera cuando nada más había una y al año salía otra'”, ha explicado en una entrevista con Europa Press tras anunciarse el galardón.
“Ahora que van saliendo técnicas por todos lados, ya me he resignado a no meterme ahí. Es un mundo que me pilla no ya demasiado mayor, sino que no me interesa tanto. Me parece un campo fantástico para que a quien le apetezca, lo desarrolle, pero yo no: inteligencia, la real, de artificial nada”, ha bromeado.
En cualquier caso, González sí observa que esta nueva tecnología puede traer una parte negativa. “Todo eso de falsear o trampear una imagen me parece efectivamente un peligro, porque una cosa es que se retoque con Photoshop y otra la suplantación de identidades: eso es un abuso y habría que delimitarlo”, ha indicado.
Para la artista, resultaría “imposible vivir” en una sociedad en la que “todo puede ser transformado, todo puede ser modificado y ya no sabes cuándo es verdad y cuándo no”. “Hay que vivir como podamos todos estos cambios, que yo, desde luego, los acepto y asumo”, ha añadido González.
La premiada remarca que su labor pionera no se ha ceñido únicamente a las nuevas tecnologías. De hecho, González ha estado presente en el primer ARCO en 1982, al año siguiente ha formado parte de la primera junta directiva del Círculo de Bellas Artes y también ha participado en la primera edición de PHotoEspaña o Ellas Crean.
“Con todo proyecto nuevo que salía, estaba allí participando. Hay otras personas que son más reticentes a estos comienzos, quieren esperar a ver qué nivel tienen las ediciones por si acaso…, pues yo no, me lo proponían y me lanzaba como loca y estoy especialmente orgullosa de ese primer ARCO, que fue crucial”, ha remarcado.
Su obra también ha prestado atención a las distintas amenazas ecológicas, pero la artista no está de acuerdo con las recientes protestas de activistas en museos o frente a obras de arte. “No tiene ningún sentido, es una forma de llamar la atención efectista y creo que hay otras muchas formas de protestar”, ha lamentado.
“Además de mi obra, reciclo, intento no consumir excesivas cantidades de agua ni luz y cada uno, con esas pequeñas aportaciones, intenta contribuir a que el cambio climático no avance. Hay muchas formas y no esta espectacular que es para salir en prensa”, ha criticado.
Por último, la artista ha reconocido que todavía no ha pensado a dónde destinará la dotación del premio –100.000 euros–. “No me lo quiero plantear, vamos a esperar y ahora quiero disfrutar. A lo mejor lo reparto con mis hijos”, ha concluido.
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