MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
La presidenta de Manos Unidas, Cecilia Pilar, remarcó este martes que “frente a los pobres no se hace retórica, uno se pone manos a la obra”, citando al papa Francisco, y denunció que “cada nueve segundos muere una persona de hambre en el mundo”, una causa por la que fallecen 3.5 millones de personas al año.
Así lo aseveró durante la presentación en Madrid de la 64 campaña de la organización católica, que tiene como lema ‘Frenar la desigualdad está en tus manos’. En esa línea trabajará los próximos cinco años, en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que buscan reducir la pobreza y la desigualdad.
Pilar indicó que son “cifras para avergonzarnos”, comparando esa pérdida de vidas con los millones de muertos que causó el Holocausto. Es más, agregó, el hambre y la pobreza pueden llevarse por delante el futuro de muchas más personas, pues unos 1.300 millones de personas sufren “pobreza multidimensional” y 700 millones de personas sobreviven en “pobreza extrema”, mientras “la riqueza no entiende de pandemias, ni de crisis y siempre crece”. “La causa principal” de esta situación, prosiguió, “es la enorme brecha de desigualdad que separa a ricos y pobres y que no para de crecer en este mundo de abundancia”.
A pesar de todo, Manos Unidas no pierde la “esperanza” y continuará trabajando para ayudar a las personas que viven “al límite”, como ocurre en Benín, donde se puede comprar un niño por 30 euros “sin ningún problema”, o la violencia que asola a países como Camerún o el machismo que está instalado en muchas sociedades como la boliviana. “Como organización de la Iglesia queremos que los últimos sean los primeros”, insta la campaña.
TERREMOTO
En respuesta a los periodistas, la responsable de Manos Unidas se refirió a la catástrofe humanitaria que se ha desatado tras los terremotos que han asolado Turquía y Siria. Reconoció que la organización tiene socios locales en Siria y que en Turquía no trabajan, pero que tras conversar la pasada noche con los Maristas Azules que trabajan en Siria, “hablaban de millón y medio de personas que se han quedado en la calle, en medio de la lluvia y con un frío horrible porque sus casas se había venido abajo”. En las instalaciones de los maristas, prosiguió Cecilia Pilar, en los primeros momentos habían socorrido a 500 refugiados que se encontraban “sin nada”.
“Este año vamos a necesitar más manos que nunca. Manos que cuiden y protejan el medio ambiente, que defiendan el trabajo justo, que hagan de éste un mundo mejor para todos”, remarcó Pilar. La acompañaron en la presentación Dário Bossi, misionero comboniano en Brasil, país en el que lleva 20 años trabajando, y Virginia Alfaro, misionera vivenciana de Misevi, que desarrolla su labor en Angola.
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