MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Tras el primer confinamiento para frenar la propagación de la COVID-19, virus gastrointestinales como el norovirus, el rotavirus y el adenovirus prácticamente desaparecieron y se mantuvieron en niveles muy bajos durante casi dos años, según una investigación publicada en la revista científica ‘Journal of Clinical Microbiology’.
Curiosamente, estos virus volvieron a alcanzar los niveles prepandémicos a finales de 2022, según el doctor Niaz Banaei, catedrático de Patología y Medicina de la Universidad de Stanford y director médico del Laboratorio de Microbiología Clínica de Stanford Health Care (Estados Unidos).
“El adenovirus F40/41, las cepas de adenovirus más frecuentemente asociadas a la gastroenteritis, saltó de hecho a niveles dos veces superiores a los anteriores a la pandemia”, ha detallado.
Banaei sospecha que el aumento de las infecciones víricas se debió a la disminución de la inmunidad colectiva de la comunidad por falta de exposición durante la pandemia. “Algo similar se ha descrito para el aumento de las infecciones por el virus respiratorio sincitial en 2022”, ha resaltado.
Para identificar los cambios en la prevalencia de patógenos gastrointestinales, los investigadores compararon las tasas de detección de patógenos gastrointestinales adquiridos en la comunidad antes, durante y después del refugio en el lugar relacionado con la COVID-19 en California.
Para ello, utilizaron una PCR que analiza 22 de los patógenos más comunes que causan diarrea y analizaron alrededor de 18.000 pruebas que se tomaron desde enero de 2018 hasta diciembre de 2022.
La motivación para la investigación fue el cambio en la tasa de positivos para ciertos patógenos durante la pandemia de la COVID-19. “Inmediatamente quedó claro que el confinamiento había creado un experimento natural para investigar la dinámica de transmisión de los patógenos que causan gastroenteritis”, ha apuntado Banaei.
La investigación ofrece una ventana única a la biología de los patógenos gastrointestinales, planteando algunas nuevas preguntas de investigación: “¿Por qué algunos desaparecieron mientras que otros no se vieron afectados durante el bloqueo? ¿Por qué algunos aumentan ahora a niveles que no habíamos visto antes?”.
Una mejor comprensión de estos fenómenos podría conducir a formas de interrumpir la propagación de los patógenos, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, donde la gastroenteritis sigue siendo una de las principales causas de enfermedad y muerte, especialmente entre los niños. “También podría ayudarnos a prepararnos para futuras pandemias imprevistas”, ha remachado.
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