Acusan a EEUU de violar el Acuerdo de Doha y anuncian una investigación “exhaustiva” sobre el bombardeo
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Los talibán han negado oficialmente este jueves tener constancia de que el líder de la organización terrorista Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, estuviera residiendo en Kabul, tres días después de que Estados Unidos anunciara su muerte en un bombardeo contra un edificio en la capital de Afganistán.
Los talibán han indicado en un comunicado que “el Emirato Islámico de Afganistán no tiene información sobre la llegada y estancia de Al Zawahiri en Kabul” y ha agregado que las autoridades “han ordenado a las agencias de investigación e Inteligencia que lleven a cabo una investigación exhaustiva y seria en torno a varios aspectos de este incidente”.
“No existe amenaza a ningún país desde territorio de Afganistán, tampoco para Estados Unidos. El Emirato Islámico quiere aplicar el Acuerdo de Doha y las violaciones del mismo deben terminar”, ha dicho el grupo en el comunicado, publicado por su portavoz y viceministro de Información y Cultura, Zabihulá Muyahid, a través de su cuenta en la red social Twitter.
En este sentido, los talibán han recordado que “Estados Unidos invadió Afganistán y violó todos los principios internacionales, una acción que es nuevamente condenada”. “Si esta acción fuera repetida, la responsabilidad de cualquier consecuencia recaería sobre Estados Unidos”, han zanjado.
La muerte de Al Zawahiri, líder de Al Qaeda desde 2011, fue anunciada el lunes por el presidente estadounidense, Joe Biden. Horas después, el coordinador de comunicación estratégica del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, confirmó que Washington “se ha puesto en contacto muy directo con líderes talibán” para abordar el hecho de que Al Zawahiri estuviera residiendo en Kabul.
“Hemos dejado claro que no creemos, no pensamos y no suponemos. Sabemos que esto es una violación del Acuerdo de Doha”, sostuvo, antes de destacar que la muerte de Al Zawahiri “demuestra” el compromiso de Washington para impedir que Afganistán sea “un lugar seguro para terroristas”.
El acuerdo de Doha, firmado en febrero de 2020 entre Estados Unidos y los talibán –tras un proceso en el que no participó el Gobierno de Afganistán–, contempla el compromiso de los talibán de romper sus lazos con Al Qaeda y trabajar para evitar que su territorio fuera empleado para perpetrar atentados contra otros países, una promesa que ha sido puesta en duda desde entonces desde Washington.
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