MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Rebeldes tuareg han asegurado haber matado a 35 militares malienses en su reciente ataque contra un cuartel y una base del Ejército en la ciudad de Léré, situada en la provincia de Tombuctú (norte), después de que las Fuerzas Armadas cifraran en cinco los fallecidos tras los últimos combates en la zona.
El Cuadro Estratégico Permanente (CSP) ha indicado en un comunicado que el ataque, que ha descrito como “una acción de anticipación”, se ha saldado con la muerte de 35 “militares de las terroristas Fuerzas Armadas de Malí”, así como con decenas de heridos y seis soldados capturados.
“Los dos cazas desplegados por las Fuerzas Armadas fueron puestos fuera de servicio por la respuesta de nuestras unidades antiaéreas”, han asegurado, antes de indicar que uno fue derribado y el otro se vio forzado a realizar un aterrizaje forzoso a varios kilómetros del lugar.
Así, ha resaltado que “el piloto del primero murió y el del segundo no fue localizado en el lugar”, al tiempo que ha apuntado que los rebeldes se hicieron además con “una gran cantidad de armamento, municiones y otros bienes logísticos de topo militar”.
“En nuestro lado, lamentamos la pérdida de ocho mártires y doce heridos”, ha señalado el CSP, que ha hecho hincapié en que “los objetivos específicos de la operación fueron alcanzados, en línea con la planificación llevada a cabo por el Estado Mayor General del Ejército Nacional del Azawad”.
Por último, el portavoz de la coalición, Moulay ag Sidi Mola, ha resaltado que las fuerzas rebeldes se retiraron de Léré durante la jornada del lunes “sin que hubiera signos de la vuelta de las fuerzas terroristas malienses”. “No hay pérdidas civiles ni daños en los bienes de particulares”, ha zanjado.
El Ejército maliense afirmó el martes que el 17 de septiembre hubo “un ataque complejo” por parte de “terroristas” contra el cuartel y agregó que los enfrentamientos se saldaron con “cinco muertos, 20 heridos y once desaparecidos” en sus filas, además de daños materiales “que están siendo evaluados, incluido un avión que hizo un aterrizaje forzoso”.
El CSP, que integra a la Coordinación de Movimientos del Azawad (CMA) y a otros antiguos grupos rebeldes tuareg y miembros de milicias progubernamentales, afirmó la semana pasada que estaba “en estado de guerra” con la junta militar de Malí tras denunciar una serie de ataques por parte del Ejército y los mercenarios del Grupo Wagner, en un nuevo varapalo a la estabilidad de los Acuerdos de Paz firmados en 2015 en la capital de Argelia, Argel.
Los combates estallaron tras meses de tensiones en torno a la suspensión del diálogo entre las partes firmantes del acuerdo de paz de 2015, decisión adoptada en diciembre por la CMA, que exigió un proceso de mediación internacional en un lugar neutral ante la falta de voluntad de la junta maliense para cumplir con lo pactado.
En virtud del pacto firmado en 2015, los grupos separatistas tuareg pasaron a formar parte de las Fuerzas Armadas, se selló un alto el fuego y se propuso dotar de más competencias a la parte septentrional de Malí, así como la creación de una fuerza de seguridad regional y un plan de desarrollo.
Malí se encuentra en la actualidad dirigido por una junta militar tras los golpes de Estado perpetrados en agosto de 2020 y mayo de 2021, ambos encabezados por Assimi Goita, actual presidente de transición. Goita se ha distanciado de Francia y ha reclamado la retirada de los ‘cascos azules’ de Naciones Unidas, al tiempo que ha estrechado lazos con Rusia.
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