MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
Los mayores bancos comerciales y de inversión con sede en los países más ricos del mundo financian empresas vinculadas a daños irreversibles en dos de los ecosistemas más vitales del mundo: la Amazonia brasileña y las turberas tropicales indonesias.
Así se desprende de un informe elaborado por el Instituto para la Innovación y la Misión Pública de la University College de Londres y el Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter (Reino Unido).
El estudio académico, difundido este lunes, traza un mapa de los flujos financieros que apoyan a 39 empresas multinacionales cuyas cadenas de suministro están asociadas a la deforestación de la Amazonia brasileña y la degradación de las turberas indonesias para apoyar la producción de soja, carne de vacuno o aceite de palma para la exportación.
Estas amenazas podrían llevar a dichos ecosistemas a un punto de inflexión y provocar cambios irreversibles con consecuencias generalizadas, y a ello contribuye la financiación del cambio destructivo en el uso de la tierra de esos dos ecosistemas.
El estudio ve la luz tras conocer la propuesta de la Comisión Europea de aplazar un año la aplicación del Reglamento sobre deforestación y a pocas semanas de la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad -conocida como COP16-, en Cali (Colombia), y la Cumbre del Clima -COP29- en Bakú (Azerbaiyán).
Los flujos financieros de estas compañías están conectados con bancos radicados en países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón y España.
La investigación rastrea una financiación total de más de 500.000 millones de dólares entre 2014 y 2023. Esta cantidad podría financiar el compromiso de 100.000 millones de dólares anuales de los países ricos para acción climática en países en desarrollo durante cinco años.
Las 39 multinacionales beneficiarias están vinculadas a más de 300.000 hectáreas de deforestación -integradas en las cadenas de suministro- en la Amazonia brasileña y más de dos millones de hectáreas de plantaciones agrícolas en las turberas de Indonesia.
AMAZONIA BRASILEÑA
En el caso de la Amazonia brasileña, las entidades financieras con sede en Estados Unidos encabezan la lista al facilitar un 22,7% (101.518 millones de dólares) del importe total entre 2014 y 2023, que fue de 455.534 millones de dólares.
España, con Banco Santander y BBVA, se sitúa en el 10º puesto, con un 3,9% de la suma total (17.643 millones de dólares).
La lista de bancos está encabezada por Citigroup, por delante de Bank of America, JPMorgan Chase, China Invesment, Barclays, BNP Paribas, HSBC, Deutsche Bank, Rabobank e ING. Banco Santander ocupa el 18º puesto y BBVA, el 28º.
Según el informe, estas entidades corren el riesgo de contribuir al “colapso irreversible” del ecosistema amazónico, que podría desestabilizar unas 200 gigatoneladas de carbono almacenado naturalmente, lo que amplificaría la crisis climática.
TURBERAS INDONESIAS
En el caso de las turberas indonesias, instituciones financieras nacionales facilitaron un 16,8% (10.113 millones de dólares) de la cantidad total entre 2014 y 2023 (60.247 millones de dólares). En este caso España se sitúa en el puesto número 23, con el 0,2% de la suma total (120 millones de dólares).
El documento señala la necesidad de que las instituciones financieras, especialmente los bancos, se incluyan en las normativas que promueven cadenas de suministro libres de deforestación.
“La UE está aplicando normativas sobre la cadena de suministro para reducir los impactos de la deforestación importada, pero no está regulando los flujos financieros europeos vinculados a los impactos sobre la naturaleza fuera de la UE; es necesario replantearse este desajuste”, según Lydia Marsden, autora principal del informe e investigadora de la University College de Londres.
“La vida humana y la naturaleza están innegablemente interconectadas. Cuando los ecosistemas colapsan en puntos de inflexión, no solo perdemos estos entornos únicos, sino que la economía sufre y los riesgos financieros se disparan por la pérdida de servicios ecosistémicos vitales como el secuestro de carbono, que son esenciales para nuestro sustento vital y para mantener nuestra economía en funcionamiento”, según Tim Lenton, coautor del informe.
Los científicos advierten de que una mayor destrucción de estos dos ecosistemas tendría “profundas consecuencias globales”, al aumentar los riesgos sociales y económicos derivados de los impactos del cambio climático y la pérdida de la naturaleza.
Esto, a su vez, podría conducir a un aumento de los desastres frecuentes e intensos relacionados con el clima si se pierde algunos de estos “amortiguadores naturales” contra los fenómenos climáticos extremos.
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