MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que los primeros humanos producían herramientas de hueso de forma sistemática y estandarizada hace alrededor de 1,5 millones de años, un millón de años antes de lo que se pensaba.
Así se explica en un estudio coliderado por Ignacio de la Torre, del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y codirector del Proyecto de Arqueología de la Garganta de Olduvai (OGAP), y Jackson Njau, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), y con participación de colaboradores de instituciones españolas (Cenieh, UAB e Icrea) y de Alemania, Canadá, Estados Unidos Francia, Reino Unido y Tanzania.
El estudio, publicado este miércoles en la revista ‘Nature’, se basa en el hallazgo de 27 herramientas de hueso estandarizadas que datan de hace más de 1,5 millones de años en la garganta de Olduvai (Tanzai), catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este descubrimiento pone en entredicho la comprensión de la evolución tecnológica de los primeros homínidos, ya que las herramientas de hueso estandarizadas más antiguas conocidas databan de hace unos 500.000 años.
EXCAVACIONES
Durante las excavaciones, los investigadores identificaron herramientas fabricadas en el lugar a partir de huesos de hipopótamo dentro de la misma capa geológica. También encontraron huesos de elefante que habían sido transportados al lugar como herramientas o como materia prima para la fabricación de herramientas.
Este comportamiento sugiere una temprana capacidad de planificación y transmisión de conocimientos entre estas antiguas poblaciones.
“Este descubrimiento nos lleva a pensar que los primeros humanos ampliaron significativamente sus opciones tecnológicas, que hasta ese momento se limitaban a la producción de artefactos de piedra, y ahora permitieron incorporar nuevas materias primas al repertorio de posibles herramientas”, según De la Torre.
Este investigador indica que “esta ampliación del potencial tecnológico apunta a avances en las capacidades cognitivas y en los patrones mentales de estos homininos (es decir, homínidos con locomoción bípeda), que supieron trasladar las innovaciones técnicas del tallado de piedra a la producción de herramientas de hueso”.
CLAVES EVOLUTIVAS
En África oriental se encuentran las primeras evidencias del uso y producción de herramientas entre los primeros antepasados del género Homo. La más conocida es la cultura olduvayense, llamada así por los artefactos de piedra descubiertos por primera vez en la garganta de Olduvai.
La cultura olduvayense se extendió entre 2,6 y 1,5 millones de años atrás y se caracteriza por la producción de lascas de piedra afiladas mediante el golpeo de dos rocas entre sí. Esta tecnología relativamente simple dio lugar al surgimiento de una nueva cultura hace 1,7 millones de años, es decir, la achelense, que perduró hasta hace 150.000 años.
La tecnología achelense es bien conocida por la presencia de hachas de mano, grandes y robustas, a menudo puntiagudas y de forma almendrada, cuya fabricación requiere una notable habilidad técnica. “Antes de nuestro descubrimiento, la transición tecnológica del olduvayense al achelense se limitaba al estudio de las herramientas de piedra”, señala De la Torre.
Durante cientos de miles de años, los primeros humanos habían visto como un peligro a los animales con los que coexistían en las sabanas africanas, pues hay evidencia de que a menudo eran presas de felinos y aves grandes; como competidores, pues los ancestros humanas rivalizaban con hienas y buitres para acceder a los cadáveres cazados por grandes felinos; o como una fuente de proteínas, que los antepasados humanos obtenían de la médula ósea de los restos de presas abandonadas por los carnívoros.
“Nuestro descubrimiento indica que, a partir del achelense -periodo en el que se formó el yacimiento del Complejo T69 y donde los humanos ya tenían un acceso primario a los recursos cárnicos-, los animales ya no eran sólo peligrosos, competidores o mero alimento, sino también fuente de materias primas para producir herramientas”, afirma De la Torre.
Este hallazgo demuestra que los homínidos del este de África desarrollaron una innovación cultural original en la transición entre el olduvayense y el achelense que implicó una transferencia y adaptación de habilidades de talla de piedra a hueso.
“Al producir herramientas óseas estandarizadas tecnológica y morfológicamente, los primeros fabricantes de herramientas achelenses desentrañaron repertorios tecnológicos que se creía que habían aparecido de forma rutinaria más de un millón de años después”, destaca De la Torre.
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