MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La descripción frecuentemente utilizada de los primeros humanos como ‘cazadores-recolectores’ debería cambiarse a ‘recolectores-cazadores’ en los Andes (América del Sur), puesto que las dietas humanas tempranas en esas montañas estaban compuestas por un 80% de alimentos vegetales y un 20% de carne.
Así se explica en una investigación dirigida por Randy Haas, arqueólogo de la Universidad de Wyoming (Estados Unidos) y publicada este miércoles en la revista ‘PLOS ONE’.
Los arqueólogos pensaron durante mucho tiempo que la dieta humana primitiva se basaba en la carne. Sin embargo, el análisis de Haas sobre los restos de 24 individuos de los sitios de enterramiento de Wilamaya Patjxa y Soro Mik’aya Patjxa (Perú) muestra que las primeras dietas humanas en las montañas de los Andes eran predominantemente vegetarianas.
Para llegar a esa conclusión, Haas aplicó métodos de química isotópica y modelado estadístico para revelar un giro sorprendente en las primeras sociedades andinas y en las narrativas tradicionales de cazadores-recolectores.
“La sabiduría convencional sostiene que las primeras economías humanas se centraron en la caza, una idea que ha llevado a una serie de modas dietéticas ricas en proteínas”, indica Haas, que añade: “Nuestro análisis muestra que las dietas estaban compuestas por un 80 por ciento de materia vegetal y un 20 por ciento de carne”.
Este estudio demuestra por primera vez que las primeras economías humanas, al menos en una parte del mundo, se basaban en plantas.
“Dado que los prejuicios arqueológicos han engañado durante mucho tiempo a los arqueólogos (incluido yo mismo) en los Andes, es probable que futuras investigaciones isotópicas en otras partes del mundo muestren de manera similar que los arqueólogos también se han equivocado en otras partes”, concluye Haas.
HACE 9.000 A 6.500 AÑOS
Para estos primeros humanos de los Andes, que abarcan desde hace 9.000 a 6.500 años, existe evidencia de que la caza de grandes mamíferos proporcionaba parte de su dieta.
Pero el nuevo análisis de la composición isotópica de los huesos humanos muestra que los alimentos vegetales constituían la mayoría de las dietas individuales, mientras que la carne desempeñaba un papel secundario.
Además, los restos de plantas quemadas de los sitios y los distintos patrones de desgaste dental en los incisivos superiores de los individuos indican que los tubérculos (o plantas que crecen bajo tierra, como las patatas) probablemente eran el recurso de subsistencia más importante.
“Nuestra combinación de química isotópica, métodos paleoetnobotánicos y zooarqueológicos ofrece la imagen más clara y precisa de las primeras dietas andinas hasta la fecha”, indica Haas, que agrega: “Estos hallazgos actualizan nuestra comprensión de las primeras economías recolectoras y el camino hacia las economías agrícolas en las tierras altas andinas”.
Jennifer Chen, estudiante de antropología en la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos), apunta que “la comida es increíblemente importante y crucial para la supervivencia, especialmente en entornos de gran altitud como los Andes”.
“Muchos marcos arqueológicos sobre cazadores-recolectores o recolectores se centran en la caza y en dietas ricas en carne, pero estamos descubriendo que los primeros cazadores-recolectores de los Andes comían principalmente alimentos vegetales como tubérculos silvestres”, explica.
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