Aseguran que las cartas que se enviaron pasaron los filtros de la prisión y no levantaron “sospechas”
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Los tres acusados de formar un frente yihadista mientras estaban en prisión para unir a presos por delitos relacionados con el terrorismo islamista han negado este lunes en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional los hechos por los que se enfrentan a una petición de 12 años de cárcel.
“Yo nunca he incitado a nadie a nada”, ha asegurado Mohamed E., que ha señalado que lo único que recomendó a sus compañeros en prisión es que “hicieran deporte, que salieran a tomar el sol” para que el aislamiento al que se enfrentaban en prisión no repercutiese “en su salud”.
“El mundo del aislamiento es mucha presión, muchas horas encerrado en la celda. Hay gente que se acostumbra a eso. Les digo que tengan paciencia, que eso va a pasar, que vean por su salud”, ha continuado, incidiendo en que las cartas que envió a otros presos pasaron “los filtros”, por lo que no tendrían “nada ilegal”.
Tanto Mohamed E. como los otros dos acusados, Karim A. y Abdellah A., han coincidido en señalar que desconocen a qué se refiere la Fiscalía cuando habla de frente de cárceles. “Esta palabra la primera vez que la leí fue en la acusación, nunca la había oído”, ha apuntado el primero.
En este contexto, los acusados han manifestado que tampoco conocen ningún tipo de banda del patio. “¿Programa del patio? En el patio te da el sol, hay que moverse, que luego hay que estar 20 horas encerrado en 8 metros cuadrados en la celda”, ha respondido Mohamed E.
SALÍA AL PATIO A “TOMAR EL CAFELICO”
Precisamente en el aislamiento también ha ahondado Abdellah A., que ha sostenido que llegó a permanecer “hasta 26 horas en la celda”. “Ahí lo típico: leer, escribir, ver la televisión, rezar. A la salida en el patio lo único que hacíamos era que me diera un poquito el aire, tomar el cafelico y me ponía a andar un poquito”, ha afirmado.
A este respecto, Mohamed E. ha explicado que en aislamiento únicamente contaban con “4 horas de patio”. “No podíamos estar más de 5 personas. En una galería podemos estar 7 u 8. Pero al patio solo podemos salir un máximo de 5 personas por estar en régimen cerrado”, ha aseverado.
A preguntas de su defensa, el propio Mohamed E. ha negado que participase en procesos de radicalización de otros compañeros en la cárcel en esos encuentros o a través de misivas. “La verdad que ni siquiera yo me considero radical como para radicalizar a otros”, ha añadido.
El acusado, sin embargo, ha reconocido que la psicóloga del centro penitenciario en el que se encontraba preso le ofreció participar en un programa de desradicalización, a lo que accedió “voluntariamente”. Sin embargo, el mismo nunca llegó a celebrarse, según ha explicado, debido a un cambio de Gobierno.
Por su parte, Abdellah A. ha reconocido ser “una persona practicante” al tiempo que ha descartado ser “un imán” o haber “estudiado mucho”. “Se leer, escribir”, ha detallado, reconociendo que, en prisión, otros compañeros musulmanes le pidieron asesoramiento acerca “de los rezos y del ayuno”.
CONSEJOS ENTRE MUSULMANES
“¿Les decía que se abrazaran a la fe?”, le ha preguntado su letrada. “Digamos que es una cosa típica. Cualquier persona puede dar un consejo a otra. Un cristiano a otro le puede decir: ‘Coge tu religión, como debe de ser'”, ha contestado el acusado.
En lo relativo al envío de cartas, Abdellah A. ha afirmado que nunca ha tenido “ningún problema”. “Todas tienen que pasar un trayecto y cualquier mínima cosa que recoge sospechas pues esa carta no va a llegar al destino. Es más, si ven que en la misma cárcel esa carta tiene algo que no debería de tener te pueden sancionar. Por mis cartas nunca han hecho una sanción y siempre han llegado a destino”, ha zanjado.
Cabe recordar que la Fiscalía sostiene que, “actuando de común acuerdo”, los acusados decidieron formar una red para liderar a “todos” los encarcelados por terrorismo yihadista en diferentes cárceles del país para que “no abandonaran dicho ideario” y “actuaran conforme a directrices comunes”.
Con todo, la red habría extendido sus tentáculos más allá de condenados por terrorismo para “adoctrinar, radicalizar y captar” a nuevos adeptos difundiendo consignas afines a Estado Islámico.
Para el Ministerio Fiscal, los acusados mantuvieron contacto mediante cartas, de las cuales “muchas” escaparon del control de Instituciones Penitenciarias. Una, en la que el líder de la red denunciaba sufrir violaciones de sus derechos en la cárcel, acabó publicada en internet. En las misivas había sobre todo textos religiosos y ‘nasheeds’, cánticos utilizados por las organizaciones yihadistas para alentar el ánimo de sus militantes y combatientes.
Aunque la Fiscalía mantiene su acusación contra cuatro acusados, el tribunal solo juzga a tres de ellos. Esto es porque el presunto líder de esa red, Abderrahmane T, conocido como Mohamed A., lleva varios meses en busca y captura.
UNO DE LOS ACUSADOS, EN BUSCA Y CAPTURA
El acusado se encuentra fugado, en concreto, desde que la Sala de Apelación estimase en junio del año pasado el recurso de Fiscalía y anulase por segunda vez la absolución dictada por la Sala de lo Penal a favor de los cuatro acusados, ordenando repetir la vista oral.
En concreto, los magistrados apreciaron “insuficiencia, irracionalidad y clara incoherencia” en el relato de hechos probados de la sentencia recurrida “para nutrir de fundamento fáctico bastante a la falta de elementos y a su finalidad respecto de los ilícitos penales por los que se ejerció la acusación”.
La sesión de este lunes también ha servido para escuchar el testimonio de uno de los agentes de la Guardia Civil que participó al inicio de la investigación, que arrancó después de que apareciesen “pintadas aparentemente de índole yihadista”.
En algunas de ellas, ha relatado, se podían leer alusiones al Estado Islámico y frases como ‘levantad la bandera del monoteísmo’ o ‘el califato según el texto del profeta’.
Tras indagar, los agentes pudieron interpretar que las banderas que aparecieron pintadas eran una “analogía de la bandera de DAESH y el texto sobre monoteísmo hacia referencia al grupo de los musulmanes que siguen la fe o los postulados” de la organización terrorista.
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