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Los patrones de sueño irregulares están asociados con bacterias intestinales dañinas

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MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

Los patrones irregulares de sueño están relacionados con la presencia de bacterias nocivas en el intestino, según un estudio publicado en ‘The European Journal of Nutrition’ y llevado a cabo por investigadores del King’s College de Londres y ZOE, la empresa de nutrición personalizada.

Se trata del primer estudio en encontrar múltiples asociaciones entre el ‘jet lag’ social -el cambio en el reloj corporal interno cuando cambian los patrones de sueño entre los días laborables y los días libres- y la calidad de la dieta, los hábitos alimentarios, la inflamación y la composición del microbioma intestinal en una sola cohorte.

Investigaciones anteriores han demostrado que trabajar por turnos altera el reloj corporal y puede aumentar el riesgo de aumento de peso, problemas cardiacos y diabetes. Sin embargo, hay menos conciencia de que los ritmos biológicos pueden verse afectados por pequeñas incoherencias en los patrones de sueño debidas, por ejemplo, a despertarse temprano con un despertador en días laborables, en comparación con despertarse de forma natural en días no laborables para las personas que trabajan en horario regular.

“Sabemos que las interrupciones importantes del sueño, como el trabajo por turnos, pueden tener un profundo impacto en la salud. Es el primer estudio que demuestra que incluso pequeñas diferencias en los horarios de sueño a lo largo de la semana parecen estar relacionadas con diferencias en las especies bacterianas intestinales. Algunas de estas asociaciones estaban relacionadas con diferencias dietéticas, pero nuestros datos también indican que pueden estar implicados otros factores aún desconocidos. Necesitamos ensayos de intervención para averiguar si la mejora de la consistencia del tiempo de sueño puede conducir a cambios beneficiosos en el microbioma intestinal y los resultados de salud relacionados”, ha indicado la autora principal del estudio y del King’s College de Londres, Wendy Hall.

La composición de los microbios del intestino (microbioma) puede afectar negativa o positivamente a la salud mediante la producción de toxinas o metabolitos beneficiosos. Especies específicas de microbios pueden corresponderse con el riesgo de un individuo de padecer afecciones de salud a largo plazo, como diabetes, cardiopatías y obesidad. El microbioma está influido por los alimentos que se consumen, lo que hace que la diversidad del intestino sea ajustable.

En una cohorte de 934 personas del estudio ‘ZOE PREDICT’, el mayor estudio nutricional en curso de este tipo, los investigadores evaluaron muestras de sangre, heces y microbioma intestinal, así como mediciones de glucosa en aquellos cuyo sueño era irregular en comparación con los que tenían un horario de sueño rutinario.

Mientras que los estudios anteriores sobre la asociación entre el jet lag social y los factores de riesgo metabólico se han realizado en poblaciones con obesidad o diabetes, esta cohorte estaba formada principalmente por individuos delgados y sanos, la mayoría de los cuales dormía más de siete horas por noche a lo largo de la semana.

Los investigadores descubrieron que sólo una diferencia de 90 minutos en el momento del punto medio del sueño -el punto intermedio entre la hora de dormir y la de levantarse- se asocia con diferencias en la composición del microbioma intestinal.

Tener jet lag social se asoció con una menor calidad general de la dieta, un mayor consumo de bebidas azucaradas y un menor consumo de frutas y frutos secos, lo que puede influir directamente en la abundancia de microbiota específica en el intestino.

Tres de las seis especies de microbiota más abundantes en el grupo del jet lag social tienen asociaciones desfavorables con la salud. Estos microbios están relacionados con una dieta de mala calidad, indicadores de obesidad y salud cardiometabólica, y marcadores en la sangre relacionados con niveles más altos de inflamación y riesgo cardiovascular.

“El sueño es un pilar clave de la salud, y esta investigación es especialmente oportuna dado el creciente interés por los ritmos circadianos y el microbioma intestinal. Incluso una diferencia de 90 minutos en el punto medio del sueño puede favorecer especies de la microbiota que tienen asociaciones desfavorables con la salud”, ha declarado la primera autora, Kate Bermingham, doctora del King’s College de Londres y científica principal de nutrición en ZOE.

Asimismo, investigaciones anteriores han descubierto que el jet lag social está relacionado con el aumento de peso, las enfermedades crónicas y la fatiga mental.

“Mantener unos patrones de sueño regulares, es decir, cuándo nos acostamos y cuándo nos levantamos cada día, es un comportamiento de estilo de vida fácilmente ajustable que todos podemos adoptar y que puede repercutir a mejor en la salud a través del microbioma intestinal”, ha finalizado Sarah Berry, del King’s College de Londres y jefa científica de ZOE.


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