MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El Plan de Ordenación Urbanística Municipal de la ciudad de Tarragona (POUM) ha entrado en un semestre clave para encarar la negociación de su aprobación inicial, aunque los partidos del arco municipal han mostrado de nuevo su preocupación por los prácticamente avances inexistentes en las conversaciones, pendientes todavía de hacer una segunda fase de contactos con el Ayuntamiento socialista.
Según ha publicado el ‘Diari de Tarragona’, los partidos comparten esta inquietud porque se están ralentizando los tempos del proyecto –cuyas bases se presentaron en primavera del 2024—y temen que no se podrá acabar el mandato con el POUM aprobado. Por ello, reclaman que los informes de viabilidad económica y de inundabilidad no se demoren más, puesto que conocer su contenido será determinante para valorar la viabilidad y futuro del POUM propuesto por el consistorio.
Junto a los partidos, desde el sector empresarial también han manifestado que el POUM es la gran carpeta de lo que queda de legislatura y piden al alcalde Ruben Viñuales que coja el timón del proyecto para que todo el planteamiento no quede en papel mojado, como temen varias voces consultadas.
En este sentido, tanto Cámara de Tarragona como varias patronales han evidenciado en varias ocasiones que la ciudad no puede perder el tren del POUM porque se juega su futuro crecimiento, el desarrollo de las próximas décadas, así como la cohesión de los barrios y el progreso de sus vecinos.
Por ello, el sector empresarial también ha reclamado a los partidos del arco municipal que no fijen líneas rojas en la negociación del POUM y que los representantes políticos tengan “altura de miras” para acordar con una mayoría holgada el que es el gran proyecto de ciudad.
Según recoge el ‘Diari de Tarragona’, ERC y ECP pueden condicionar las mayorías para la aprobación del POUM porque se han mostrado contrarios al proyecto en Mas d’en Sorder, que afecta a los terrenos junto al golf, con 200 viviendas previstas y un hotel. Los Comuns afirman que la inclusión del plan afectará al voto, mientras que los republicanos aseguran que están políticamente en contra y que no entra dentro los objetivos estratégicos del avance del plan.
El resto de los partidos, como Junts, PP o los concejales no adscritos, sí que consideran que Mas d’en Sorder es una pieza indispensable, como lo es crecer por Ponent pero también por Llevant. Desde el PP, además, se ha alertado de que si no se construye donde la gente quiere vivir, esta se acaba marchando a otros municipios cercanos. Los representantes no adscritos consideran que ni Mas d’en Sorder ni La Budallera deben descartarse “sin un análisis más exhaustivo de su viabilidad y beneficios potenciales”.
Ante este contexto, fuentes del sector empresarial consultadas esperan que los partidos no se muevan por “el cortoplacismo” y pongan en el centro los intereses de la ciudad para evitar que el POUM acabe en el cajón de proyectos irrealizables, con las consecuencias que tendría en vivienda y el progreso económico de la capital.
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