MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
Las economías más ricas del mundo, englobadas en el G-7 y el G-20, están estancadas en ‘rojo’ en cuanto al alineamiento de sus planes climáticos con el objetivo del Acuerdo de París de que el planeta no se caliente más de 1,5 grados respecto a la era preindustrial, mientras que los países más vulnerables se encuentran en ‘verde’ porque sus compromisos climáticos nacionales cumplen esa meta.
Así se recoge en un informe del Foro de Vulnerabilidad Climática (CVF, por sus siglas en inglés) que evalúa a modo de ‘semáforo’ las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, sus siglas en inglés), que concentran los compromisos de los países en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a la crisis climática.
El informe fue presentado este jueves en la Cumbre del Clima de Sharm el Sheij (Egipto), conocida como COP27. El CVF, presidido actualmente por Ghana, está formado por 58 países en desarrollo más amenazados por los impactos climáticos.
Ese documento se diferencia de otras evaluaciones en que estas a menudo tienen en cuenta las emisiones actuales como punto de partida. El nuevo informe calcula los presupuestos de carbono (o emisiones permitidas) utilizando 1990 como año de inicio, cuando el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) elaboró su primer informe.
Luego, esas cuotas de emisiones se ajustan utilizando tanto el PIB como el Índice de Desarrollo Humano con el fin de tener en cuenta las diferentes capacidades de los países para llevar a cabo reducciones de emisiones.
GRUPOS DE PAÍSES
Así, el G-7 (formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la UE), que agrupa un 25% de las emisiones actuales, lleva al planeta al camino de más de tres grados de calentamiento y sus compromisos climáticos han agotado ya por completo su presupuesto de carbono de 1,5 grados.
Sin embargo, el CVF, que concentra un 5% de las emisiones globales y una población de unos 1.500 millones de personas, cumple plenamente con el objetivo de 1,5 grados.
El Pacto Climático de Glasgow, acordado en la Cumbre del Clima del año pasado (COP26), obliga a todos los países a revisar este año sus NDC con objetivos a 2030 con el propósito de alinearse con la meta de 1,5 grados.
El informe muestra que el G-7, por ejemplo, tendría que reducir inmediatamente sus emisiones en un 82% por debajo de los niveles actuales y en un 91% en 2030 para que sean compatibles con el objetivo de 1,5 grados.
El Grupo Paraguas (compuesto por Australia, Canadá, Estados Unidos, Islandia, Israel, Japón, Kazajistán, Noruega, Nueva Zelanda y Ucrania) debería rebajar sus emisiones actuales en un 95% y estar un 107% por debajo de sus objetivos en 2030, es decir, entonces los sumideros naturales deberían absorber más emisiones de las que esos países expulsen.
Por el contrario, las naciones que integran el CVF, el Grupo Africano y los países menos adelantados están en la senda de cumplir con el objetivo de 1,5 grados.
PACTO “ROTO”
Henry Kokofu, enviado especial de la Presidencia de CVF, apuntó que “el Pacto Climático de Glasgow está roto porque los países ricos y los grandes contaminantes no actuaron para alinearse con 1,5 grados, como coincidimos todos hace apenas un año en Glasgow”.
Kokofu añadió: “A pesar de ser los menos responsables de las emisiones pasadas y tener la menor capacidad, las naciones vulnerables del mundo ya han realizado un gran esfuerzo para alinear nuestros objetivos climáticos nacionales para 2030 con el Acuerdo de París. Sin embargo, las naciones ricas y poderosas del mundo están lejos de un esfuerzo justo para limitar el calentamiento dentro del objetivo crucial de París de 1,5 grados, que consideramos como un umbral de supervivencia”.
Saleemul Huq, presidente del Grupo Asesor de Expertos del CVF, afirmó que “las naciones ricas y poderosas del mundo le han fallado al mundo”. “Nos han hundido profundamente en la crisis climática. Deben asumir la responsabilidad no solo de reducir las emisiones hoy, sino también de no actuar lo suficiente desde que se adoptó por primera vez la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a principios de la década de 1990”.
Yann Robiou du Pont, autor del informe, subrayó que “los grandes países emisores per cápita, que son responsables de la gran mayoría de las emisiones globales, deben fortalecer urgentemente sus objetivos para 2030 si se quiere evitar una catástrofe climática, causada por superar los objetivos de temperatura del Acuerdo de París”.
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