MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
Las aguas oceánicas que rodean España se están calentando a una velocidad un 67% superior a la media global, con una tasa de 0,25 grados por década, frente a 0,15 grados por década del resto de los océanos del planeta.
Además, los sistemas montañosos de del país han experimentado en la última década un retroceso en glaciares, hielo y nieve, según el informe ‘Clivar-Spain 2024’.
El informe señala que existen algunas excepciones a la tendencia de calentamiento marino en regiones costeras, como la costa oeste y norte de la Península Ibérica y el sistema de afloramientos de Canarias, donde incluso se han observado tendencias de enfriamiento.
Sin embargo, el Mediterráneo destaca por ser una de las regiones más afectadas por el cambio climático, ya que su ritmo de calentamiento es entre dos y tres veces superior al global desde la década de 1980.
Este fenómeno está provocando un aumento de la frecuencia e intensidad de las olas de calor marinas, así como una mayor salinización de sus aguas superficiales.
El estudio también señala que un Mediterráneo más cálido está intensificando los eventos convectivos y las precipitaciones extremas, especialmente en otoño, lo que podría agravar el riesgo de episodios meteorológicos adversos.
CRIOSFERA
Por otro lado, el informe revela que los glaciares españoles han experimentado un rápido retroceso en la última década, con una notable pérdida de extensión y espesor.
Como consecuencia, el número de glaciares ha disminuido significativamente y han surgido nuevos procesos evolutivos característicos de las fases finales antes de su desaparición definitiva.
Asimismo, el permafrost (suelo permanentemente helado) está desapareciendo en Sierra Nevada y presenta claros signos de calentamiento en los Pirineos, lo que acelera fenómenos de inestabilidad como desprendimientos de rocas y avalanchas.
Esta situación supone un riesgo para montañeros y excursionistas en los macizos más altos y evidencia la necesidad de desarrollar directrices específicas para mitigar estos peligros.
Los registros a largo plazo muestran, además, una disminución en la duración de la capa de nieve y su acumulación máxima en la Península Ibérica, lo que pone en riesgo los recursos hídricos que dependen del deshielo en zonas de montaña.
El informe también advierte sobre la desaparición de los archivos paleoambientales almacenados en las cuevas de hielo de los Pirineos y Picos de Europa, que contienen información climática valiosa de los últimos milenios. La reducción del hielo en estas cavidades está relacionada con el aumento de las temperaturas invernales y la reducción de las precipitaciones.
CIUDADES
Por otro lado, el informe pone de relieve los desafíos climáticos que afectarán a los ecosistemas y poblaciones de España en las próximas décadas. Las ciudades, donde reside más del 81% de la población, están experimentando un aumento de temperaturas sin precedentes, impulsado por el cambio climático y agravado por el efecto isla de calor urbana.
Esta tendencia está intensificando las olas de calor, con impactos directos en la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.
Asimismo, la Península Ibérica muestra una disminución sostenida de la humedad relativa, un fenómeno que, combinado con el incremento de la evaporación oceánica, está acentuando los episodios de sequía y desertificación, particularmente en el sur de Europa.
En paralelo, las proyecciones indican que la aridez y la severidad de la sequía en el sur de la Península Ibérica continuarán agravándose. La combinación de temperaturas más elevadas, una menor disponibilidad de agua y una mayor demanda evaporativa reforzará este proceso, aumentando la vulnerabilidad de los ecosistemas y de la actividad agrícola.
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