MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Los obispos canarios alertaron este jueves de la “cárcel sin muros” en la que se están convirtiendo las Islas Canarias para muchos jóvenes migrantes, principalmente africanos y muchos menores de edad, que deambulan por las calles “sin alimento, techo y sin nada”. Por ello, piden al Gobierno y a las autonomías que los acojan y formen en un contexto de necesidad de mano de obra.
“Las Cáritas y los Secretariados de Migraciones de nuestras diócesis nos comunican que la presión sobre Canarias con respecto a los menores no acompañados y jóvenes ex tutelados es cada vez mayor. En cuanto a los menores inmigrantes no acompañados, que son responsabilidad de la comunidad autónoma, según la Dirección General del Menor, son 2.235 los menores tutelados”, expusieron en un encuentro con la prensa en la sede del Episcopado en Madrid, que acoge estos días la Asamblea Plenaria de los obispos españoles.
“Al cumplir los 18 años muchos de estos jóvenes, solamente en Gran Canaria unos 1.000 y otros tantos en los próximos meses, terminan en situación de calle. En muchos casos, sin la madurez, capacitación, ni apoyos suficientes para una vida autónoma y un acceso al mercado laboral”, denunciaron los prelados isleños.
“Es una bomba de relojería”, dijo José Mazuelos, obispo de Canarias. Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, detalló que esos jóvenes se sumarán a los migrantes que escapan de las estadísticas, también procedentes de países latinoamericanos, y a las 1.800 personas sin hogar que se recuentan sólo en la isla de Tenerife.
CORREDORES HOSPITALARIOS
La Conferencia Episcopal hará llegar en los próximos días la demanda de crear “corredores hospitalarios” para estas personas al Gobierno español y a las autonomías, principalmente, a través del ministro de Migraciones, José Luis Escrivá. “Sin más plazas de acogida ni posibilidad de abrir más centros o pisos tutelados a corto plazo, la situación en las islas es cada vez más desesperada” y los recursos de las diócesis canarias no dan abasto mientras cada vez más personas se encuentran en riesgo de exclusión social.
El director de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal, Xabier Gómez, añadió que la “Iglesia debe dar ejemplo” a las administraciones, por lo que tratarán de reactivar las mesas de hospitalidad que funcionaron con éxito en las distintas diócesis españolas para acoger a refugiados ucranianos.
“El primer mandamiento de los africanos es su familia. Vienen a trabajar para mandar dinero a su familia. Se necesita mano de obra”, argumentó Mazuelos, instando a las administraciones a actuar cuanto antes pues aún hay solución. Los obispos canarios también remarcaron la necesidad de formar en origen a los jóvenes africanos, como se ha acordado en una reunión virtual impulsada por el Vaticano en la que también participaron obispos africanos.
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