MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Los médicos surcoreanos que se encuentran en huelga en Corea del Sur desde hace ya más de dos semanas han incrementado este martes sus protestas para exigir al Gobierno que ponga fin al plan para incrementar el número de plazas en las facultades de Medicina del país asiático.
Durante una nueva jornada de protestas, algunos docentes de estas facultades han procedido a afeitarse la cabeza o presentar su dimisión, mientras 9.000 médicos en prácticas siguen sin acudir al trabajo en señal de protesta y a pesar de que el Ministerio de Sanidad ha amenazado con tomar medidas disciplinarias contra quienes desafíen la orden de reincorporarse al trabajo.
Una decena de profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Kangwon, en Chuncheon, a 76 kilómetros de Seúl, han expresado su oposición a la solicitud de algunas universidades, que han pedido un aumento de las cuotas de matriculación, según informaciones de la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
“Aunque muchos profesores expresaron su oposición a un aumento de las nuevas admisiones, la universidad tomó la decisión contraria”, ha declarado Ryu Se Min, director de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Kangwon. Profesores de facultades de todo el país han anunciado su intención de dimitir.
El Gobierno instó la semana pasada a los médicos en prácticas a volver al trabajo antes de lo previsto para evitar consecuencias y alertó de que una huelga prolongada causará grandes inconvenientes a los pacientes y sus familiares y aumentará la carga para los trabajadores que sí siguen trabajando.
El Ministerio de Sanidad ha alertado de que los hospitales siguen sufriendo interrupciones, suspendiendo o posponiendo procedimientos no urgentes y rechazando a pacientes para dar prioridad a los casos más urgentes.
Los sanitarios sostienen que ya hay suficientes facultativos y que aumentar la cuota de estudiantes de medicina generaría costes médicos innecesarios. Además, afirman que el plan no aborda problemas como la sobrecarga de trabajo y la falta de incentivos para los médicos especializados en pediatría y otros servicios sanitarios esenciales.
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