MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
Las hipotecas inversas tienen un tirón muy escaso entre los mayores españoles, según un estudio publicado este martes por el Consejo General del Notariado con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad.
La formalización de hipotecas inversas ha crecido desde los 31 registros que contabilizaron los notarios en 2017, pero de una forma tímida, hasta los 143 de la primera mitad del 2024.
De hecho, en 2023 no solo no se creció en tasa interanual, sino que hubo un fuerte descenso, del 25,5%, de 549 a 409). “La formalización de hipotecas inversas sigue siendo minoritaria”, señala el estudio.
Con la hipoteca inversa, el propietario de una vivienda recibe una cantidad de dinero de una sola vez o en forma de renta periódica, utilizando su inmueble como garantía real.
El informe de los notarios refleja que los testamentos y los poderes generales y preventivos representaron el 98% de los actos de autonomía personal y protección patrimonial realizados en el primer semestre de 2024.
El número de testamentos, aunque con variaciones anuales, sigue siendo el acto notarial más frecuente. Los poderes, tanto generales como preventivos, muestran un crecimiento sostenido desde 2017.
Cataluña, Andalucía y Madrid son las comunidades autónomas con mayor número de actos notariales de este tipo. Estas tres comunidades concentraron la mayor parte de los de actos autorizados entre 2017 y 2024 (más de 3,2 millones), siendo los testamentos el tipo de acto más frecuente como para el conjunto del país.
La autorización de los actos notariales de autonomía personal y protección patrimonial se intensifica a partir de los 45 años, con un crecimiento significativo en las personas mayores de 65 años, quienes recurren sobre todo a actos como testamentos, voluntades anticipadas e hipotecas inversas. Esto refleja la necesidad de planificación jurídica en las etapas avanzadas de la vida.
Las mujeres tienden a utilizar más los actos notariales relacionados con la planificación futura, como los documentos de voluntades anticipadas y las hipotecas inversas. En cambio, los testamentos y los poderes presentan una distribución más equilibrada entre hombres y mujeres.
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