MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
Los incendios en Madeira han representado una amenaza para las personas e infraestructuras y también han afectado notablemente al bosque de laurisilva, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, poniendo en grave riesgo la única zona de nidificación del mundo del ave marina petrel freira ‘Pterodroma madeira’.
Esta especie endémica de Madeira, considerada extinta hasta finales de los años sesenta y actualmente catalogada como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tiene su única zona de cría en el municipio de Curral das Freiras, en el centro de la isla.
Esta ave excava sus nidos en pequeñas repisas en cantiles por encima de los 1.600 metros de altitud en la zona entre Pico do Areeiro y Pico Ruivo, justamente el área afectada por los incendios.
Según la coordinadora de la Sociedad Portuguesa para el Estudio de las Aves (SPEA) en Madeira, Cátia Gouveia, “la situación es especialmente grave porque el fuego se propagó precisamente a través de la zona de nidificación del petrel freira. Es esperable que muchas de las crías hayan muerto, ya sea por quemaduras, por inhalación de humo o por derrumbamiento de los nidos, que se encuentran mayoritariamente en lugares inaccesibles”. La experta concluyó que, “aunque los adultos hayan podido sobrevivir, el éxito reproductor de este año se ve seriamente afectado”.
“El episodio pone de manifiesto la sensibilidad de las aves marinas, uno de los grupos de aves más amenazados a nivel planetario, que se enfrentan a diversas amenazas tanto en tierra firme, donde crían, como en el mar”, comentó el coordinador del programa marino de SEO/BirdLife, Pep Arcos.
En el caso del petrel freira, criar en zonas tan restringidas agrava el riesgo de desaparecer por fenómenos catastróficos puntuales. A ello se suma, en este caso, su peculiar hábitat de nidificación, en zonas alejadas de la costa que las exponen a un mayor abanico de amenazas.
“Una especie en una situación equiparable, en nuestro territorio, sería la pardela pichoneta canaria ‘Puffinus puffinus canariensis’, que cuenta con una población muy escasa nidificando en zonas escarpadas de laurisilva en el archipiélago canario”, indicó Arcos.
Esta no es la primera vez que el petrel freira se ve gravemente afectado por el fuego. El incendio de este verano sólo ha agravado la situación límite en que los incendios de 2010 dejaron a esta especie amenazada. Entonces el fuego también azotó duramente la zona de cría, causando la muerte del 98% de los pollos y de un número indeterminado de adultos, además de destruir el 80% de los nidos.
“Harán falta décadas de trabajo para restaurar lo que se ha perdido y, si no se hacen esfuerzos significativos para controlar las especies invasoras, será difícil que las montañas vuelvan a estar cubiertas de nuestras plantas únicas. Y es imperativo mejorar la planificación regional para evitar que la historia se repita”, concluyó Gouveia.
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