MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
Los herbívoros pueden tener un papel fundamental a la hora de proteger a las plantas en su primer año como, por ejemplo, a los robles, según lo pone de manifiesto un estudio de un equipo internacional de investigadores en el que participó la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y cuyos resultados se publicaron en la revista ‘Science’.
Según explicó el investigador del Centro para la Conservación de la Biodiversidad y el Desarrollo Sostenible (CBDS) y uno de los autores del trabajo, Ramón Perea, e informó la UPM, los investigadores se preguntaron si los herbívoros podrían, en cierta forma, ayudar a las plántulas de Quercus (nombre científico de robles, encinos y quejigos) a enfrentarse a la sequía estival durante su primer año de vida.
El principal resultado fue que la herbivoría favoreció la supervivencia de las plántulas bajo condiciones de sequía severa o, al menos, retrasó sus efectos negativos. Para comprobar esta relación entre herbívoros y plantas, los científicos realizaron un experimento en invernadero con plántulas de un año de especies de robles comunes en California, escogidos especialmente por su comportamiento frente a la sequía: Q. agrifolia (perennifolia y más resistente a la sequía, similar a la encina) y Q. lobata (caducifolia y menos resistente, similar al quejigo o roble).
Asignaron 387 plántulas a diferentes niveles de herbivoría simulada y estrés hídrico para evaluar cómo interactúan estos dos factores de estrés (herbivoría y escasez de agua) en la supervivencia, el crecimiento y las características de las hojas de las plántulas.
Esto ocurrió gracias a la reducción de la transpiración, provocada por la disminución del área foliar, y al impulso de un crecimiento compensatorio de las raíces. Al alimentarse de sus hojas, los herbívoros reducen la superficie foliar, lo que disminuye la evapotranspiración y, por tanto, “contribuye a reducir la pérdida de agua y la desecación”, añadió el investigador.
Este fenómeno sugiere que los herbívoros, al alimentarse de las hojas, podrían “ayudar a las plántulas en climas mediterráneos a conservar suficiente humedad para enfrentarse a su primera sequía estival”, que es un momento “crítico” en la supervivencia de las plántulas”, detalló la investigadora en la UPM y coautora del trabajo Marta Peláez.
Sin embargo, pese a que en los primeros momentos los herbívoros pueden convertirse en aliados de los robles, los investigadores subrayaron que un ramoneo intenso y continuo en etapas posteriores del desarrollo de las plántulas perjudica su crecimiento y supervivencia a largo plazo. Para los científicos, la importancia de este hallazgo radica en que pueden resultar de “gran utilidad” para diseñar estrategias de conservación y restauración en zonas de dehesas o sabanas, con especies del género Quercus como encinas, alcornoques, quejigos y robles.
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