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Los festejos taurinos registran ocho muertos y decenas de heridos este año en España

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MADRID, 17 (SERVIMEDIA)

Ocho personas han perdido la vida y otras decenas han resultado heridas, algunas de ellas menores de edad, por festejos taurinos en España en lo que va de año, según apuntó este miércoles la plataforma La Tortura No Es Cultura (Ltnec), compuesta por 47 organizaciones de protección animal.

Esta plataforma criticó en un comunicado que la tauromaquia sea considerada patrimonio cultural y abogó por “una cultura de paz”, al tiempo que apostó por que los bovinos de lidia sean incluidos en la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales, que el Gobierno ha enviado recientemente al Congreso, con el fin de que estos no sean “torturados impunemente en todo tipo de festejos taurinos”.

La Ltnec recordó algunos hechos trágicos ocurridos en los últimos meses por festejos taurinos. Así, el pasado 1 de mayo un hombre de 50 años y padre de dos hijas murió corneado por un novillo en Carpio (Valladolid) durante el Toro de Verdejo de la Seca. Cinco días después falleció de la misma forma un joven de 30 años en Portaje (Cáceres).

Ocho días más tarde, otro hombre resultó gravemente herido en Humanes (Madrid) por asta de toro, por lo que tuvo que ser intervenido en el quirófano portátil del festejo. El 11 de junio, un joven de 35 años resultó herido en el Toro del Cajón de Vitigudino (Salamanca) y también necesitó de intervención quirúrgica.

La plataforma Ltnec denunció que “sea tristemente común que los municipios no velen por las normas de seguridad”.

“En los Reglamentos de festejos taurinos populares de las comunidades autónomas se alude a la seguridad de las personas, los bienes y el respeto y prohibición de maltrato a los animales, pero ni se ponen los medios necesarios, ni se persiguen o sancionan las infracciones si no hay una denuncia. Y cuando las hay, en la mayoría de los casos, se archivan sin realizar las diligencias oportunas”, recalcó José P. Cubells, jurista de Ltnec.

MENORES

Además, Cubells denunció que algunos animales sean sacrificados momentos más tarde del festejo en los mismos lugares donde este ha tenido, lo que no se ajusta a la ley. “De acuerdo con grabaciones obtenidas ‘in situ’ en algunas localidades, se desprende que no se siguen las normas de sanidad”, afirmó.

Cubells lamentó también la falta de presencia de las fuerzas de seguridad en determinados festejos. “En algunos pueblos ni siquiera hay policía local”, señaló.

Subrayó que a veces “los colaboradores de los organizadores no actúan como debieran para impedir el maltrato a los animales o la participación de personas no aptas o menores de edad en los eventos, lo que tiene consecuencias trágicas”. Ese parece ser el caso de Puçol (Valencia), donde el 3 de julio un niño de 12 años resultó herido grave tras recibir una cornada de una vaca que le afectó a hígado y riñones. Junto a él participaba en el festejo otro niño de 14 años, cuando la edad mínima es de 16 años.

Cubells recalcó que “la presencia y participación de menores de edad es tristemente común”, pese a las normas de protección a la infancia y la adolescencia y las recomendaciones de la ONU a España de prohibir la participación de menores en los festejos taurinos.

Las fiestas de San Fermín se celebraron en Pamplona con cinco heridos por asta de toro y medio centenar de corredores que necesitaron asistencia hospitalaria.

Casi en las mismas fechas, el 9 de julio, resultó herido de muerte un hombre de 43 años, padre de un hijo de corta edad, tras ser arrollado en el encierro de San Esteban del Valle (Toledo).

Dos días más tarde, el 11 de julio, se produjeron siete heridos durante los Bous a la Mar de Denia (Alicante). Cuatro de ellos tuvieron que ser trasladados a hospitales por la gravedad de las heridas. Apenas cinco días transcurrieron hasta que un toro hundiese su pitón en el abdomen de otro hombre en Moratalla (Murcia), el 16 de julio.

Cuatro días después, el 20 julio, llegó una de las jornadas más trágicas. En apenas 24 horas se produjeron tres muertes en los festejos de los ‘bous al carrer’ de Meliana y Picassent (Valencia), y Pedreguer (Alicante). Las muertes se produjeron, respectivamente, por heridas de asta de toro, traumatismo craneoencefálico y hemotórax por fracturas en costillas que penetraron en el pulmón.

En 7 de agosto se repitió la tragedia, esta vez con un joven de tan solo 18 años que murió tras ser embestido por un toro embolado en Soneja (Castellón). El pasado día 11, un joven resultó herido por una vaquilla al participar en los ‘bous al carrer’ montado en un patinete eléctrico en Alfara del Patriarca (Valencia).

Un día más tarde, un hombre de 33 años ingresó en la UCI con un traumatismo craneoencefálico provocado por la embestida de un toro en Torrejoncillo (Cáceres). El pasado sábado murió un hombre tras sufrir la cogida de un toro embolado en los festejos taurinos que de Cella (Teruel).

“BARBARIE”

Ante estos hechos, la plataforma Lntec se preguntó: “¿Cuántos más muertos se necesitan para que se tomen cartas en el asunto ante esta barbarie?”.

La plataforma apuntó que esa “barbarie” parece “no tener límite tampoco entre los animales”, puesto que el pasado lunes murió un toro del encierro campero de Villalpando (Zamora) tras ser intencionadamente arrollado por el coche de un participante.

“Sentimos mucho las muertes de estas personas, estas circunstancias no se tendrían que dar si nuestros políticos tomaran partido y demostraran tener más empatía hacia los animales y también hacia las personas. Rechazamos estos espectáculos cruentos subvencionados con el dinero de todos los contribuyentes”, indicó Encarna Carretero, de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), organización miembro de Ltnec.

Carretero añadió: “La estética nunca puede prevalecer sobre la vida y la ética. No consideramos ético la tortura de animales y menos aún con el único fin del entretenimiento. Tradición no es garantía de ética. Sabemos de tradiciones en todo el mundo que han sido eliminadas porque conllevan víctimas”.

“Si las tradiciones se hubieran mantenido siempre intactas, la humanidad nunca hubiese evolucionado. No es ético divertirse a costa del sufrimiento de un ser vivo, tenemos que evolucionar, estos festejos tienen que pasar a formar parte de nuestra historia. Hoy en día es posible divertirse de muchas maneras sin tener que hacer daño a ningún ser vivo y sin que tenga que morir nadie por ello. Estamos en el siglo XXI y este tipo de espectáculos cruentos no tienen cabida en nuestra sociedad”, indicó.

Por su parte, la presidenta de la plataforma Ltnec, Marta Esteban, destacó que “la tauromaquia no debería ser considerada patrimonio cultural en un país donde más del 80% de su población la rechaza”. “Es hora de quitarnos la venda de los ojos. La tauromaquia no es una cultura deseable porque es violenta, reflejada en el indiscutible sufrimiento que provoca cada año a decenas de miles de animales, pero también a personas, cuyas vidas expone de la manera más banal en plazas y festejos. Tantas familias afectadas, ¿en aras de qué?”, comentó.

“El maltrato y muerte de animales y personas por entretenimiento no merece compartir la denominación de ‘cultura’ con los verdaderos artistas e intelectuales. Con la guerra y la crisis medioambiental que sufrimos, ahora más que nunca son tiempos de una cultura de paz y respeto por la vida, no de violencia y muerte”, concluyó Esteban.


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