La Fiscalía pide una condena de 21 años de prisión respectivamente al haber “quedado acreditados los hechos”
MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Los etarras Iurgi Garitagoitia y Joanes Larretxea han reconocido este lunes en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional (AN) que perpetraron el atentado de 2008 en la Universidad de Navarra que dejó 168 lesionados y afectó a un total de 98 vehículos, además de provocar numerosos desperfectos en las instalaciones.
“Solo quiero decir aquí hoy que reconozco los hechos”, ha declarado Garitagoitia después de que el fiscal le haya preguntado si participó en los hechos. “Sí, reconozco los hechos”, ha contestado Larretxea por su parte.
El fiscal Pedro Torrijos ha pedido al tribunal que dicte una sentencia condenatoria “estimando que han quedado acreditados los hechos” y al haber “prueba de cargo suficiente”, teniendo en cuenta además “el propio reconocimiento de los hechos y su participación” por parte de los acusados. La acusación particular que ejerce la Universidad de Navarra, por su parte, también ha solicitado que se condene a los etarras.
Cabe recordar que, en su escrito de acusación, recogido por Europa Press, la Fiscalía pide condenar a cada uno de ellos a 21 años de cárcel respectivamente como autores de un delito de robo de carácter terrorista y de un delito de estragos terroristas. Además, pide imponerles pena de 3 meses de multa por cada delito leve de lesiones.
A pesar de que los acusados han reconocido los hechos, no se ha alcanzado un acuerdo de conformidad, con lo que la petición de la Fiscalía se ha mantenido en idénticos términos a lo plasmado en el citado escrito.
EL ‘COMANDO EZUSTE’
En la sesión de este lunes también ha declarado como testigo protegido un agente que ha detallado que el ‘comando Ezuste’ estaba compuesto por los acusados, que “coordinaban” a su vez un talde con tres colaboradores, contando a su vez con otras personas que les prestaban apoyo.
En esta línea, ha detallado que uno de los miembros del talde estaba estudiando medicina y se presentó al examen MIR en la Universidad de Navarra, por lo que “conocía el entorno donde se produjo el atentado”. Además, ha asegurado que otro de los colaboradores “estuvo diez días antes por la zona”, supuestamente inspeccionando la misma.
Otro testigo, agente de la Guardia Civil, ha revelado que tras la detención del entonces ‘número 1’ de ETA militar en 2008, Garikoitz Aspiazu ‘Txeroki’, se analizó una agenda en la que el dirigente tenía anotada una “cita orgánica con Ezu”. “Entendemos que era (el comando) Ezuste”, ha sostenido.
LA PLANIFICACIÓN DEL ATENTADO
El Ministerio Fiscal asegura en su escrito que ambos acusados “integraban entre octubre de 2008 y febrero de 2009 el ‘comando Ezuste’ de ETA, organización que para la consecución de la independencia del País Vasco del resto de España ejecutaba ataques violentos contra las personas y el patrimonio”.
“Los procesados, en el desarrollo de la estrategia de causar temor en la población y tratar de conseguir sus objetivos por medios violentos, planearon detonar un coche cargado de explosivos en el campus la Universidad de Pamplona (Navarra), concretamente el aparcamiento sito frente a la biblioteca de Humanidades”, apunta la Fiscalía.
Para ello, el 29 de octubre del 2008 sobre las 20.30 robaron, según el escrito, un Peugeot 306 “que se hallaba estacionado perfectamente cerrado” en un parking de Zumaia (Guipúzcoa). Posteriormente, los investigados “introdujeron una cantidad aproximada de 80 kilos de ‘kaskabarro con cloratita, conformando un artefacto de iniciación eléctrica y activación temporizada en el interior del maletero del vehículo”.
Fue el día 30 de ese mismo mes cuando dejaron el coche en el aparcamiento este del edificio central junto al edificio de la Biblioteca de Humanidades, explosionando a las 11.00 horas de ese mismo día y causando lesiones a 168 personas que debieron ser atendidas en los distintos centros médicos de la localidad.
La Fiscalía detalla en su escrito que el gasto tasado para la reparación de los daños materiales ocasionados por el atentado terrorista ascendió a más de 2 millones de euros, y que la explosión ocasionó sobre el asfalto un cráter de importantes dimensiones.
Ese día, a primera hora de la mañana y antes de la detonación, se recibió un aviso: “Va a estallar un coche en el campus universitario”. Un mes más tarde, y ya en el diario Gara, la banda asumió “la autoría de la colocación y posterior explosión del coche bomba”.
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