MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
Entre el 35% y el 40% de los trabajadores del mundo son ya externos a una empresa y no pertenecen a la plantilla de la compañía para la que desarrollan un determinado proyecto, mientras que un tercio de la fuerza laboral mundial trabaja actualmente con contratos fijos.
Así lo recoge un análisis publicado por Hays que, a partir de esa cifra de un estudio de Gartner, destaca la importancia de las plantillas mixtas formadas por empleados fijos y profesionales externos (autónomos y subcontratados por proyectos) para mejorar la “competitividad, la agilidad y la innovación de las organizaciones”.
El informe de Hays resalta que las organizaciones podrían estar desaprovechando competencias importantes por no mirar más allá de sus fronteras habituales en términos de desarrollo de equipo. Además, subraya que una “buena toma de decisiones” sobre qué trabajo realizar internamente y qué subcontratar puede mejorar el rendimiento de las compañías.
“Los directivos de las empresas deben identificar las funciones que son cruciales para los objetivos a largo plazo de su organización, qué tareas requieren atención continua y cuáles son proyectos más cortos. Es importante saber qué competencias se necesitarán en cada momento y si se pueden cubrir estas carencias con empleados subcontratados por proyectos o autónomos”, argumenta el CEO de Hays, Dirk Hahn.
A juicio de Hays, la experiencia de estos profesionales externos, formados en otros contextos y organizaciones, puede beneficiar “enormemente” a una compañía al reaccionar ante los cambios del entorno, aportando conocimientos especializados que no posee la plantilla fija, especialmente en sectores especializados.
Pero no todo son ventajas. Los expertos de Hays detectan diversos inconvenientes al introducir a externos subcontratados en las organizaciones. Entre estos, el posible impacto en la cultura de la empresa al introducir profesionales que no están integrados en ella; los efectos en la moral de los empleados fijos, ya que los trabajadores por proyectos suelen percibir salarios más elevados; o el hecho de que apostar por talento externo temporal pueda conllevar a prestar menos atención a las capacidades internas y a la contratación. “Estos retos pueden mitigarse, pero requieren especial atención por parte de las organizaciones”, precisa Hays.
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