MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
Los dientes podrían ser capaces de preservar anticuerpos a lo largo de cientos de años, lo que permitiría a los científicos investigar la historia de las enfermedades humanas infecciosas.
Esa es la conclusión de un estudio realizado por nueve investigadores de instituciones de Canadá o Reino Unido y publicado en la revista ‘iScience’.
Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario como respuesta natural a organismos infecciosos como virus y bacterias. Su trabajo es reconocer esos microbios para que el sistema inmunológico pueda atacarlos y eliminarlos del cuerpo.
Los autores sugieren que los anticuerpos extraídos de dientes humanos medievales de 800 años de antigüedad eran estables y aún podían reconocer proteínas virales.
El estudio, dirigido por Robert Layfield y Barry Shaw, de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), amplía el estudio de las proteínas antiguas, denominado paleoproteómica, lo que podría permitir a los expertos analizar cómo se desarrollaron las respuestas de anticuerpos humanos a lo largo de la historia.
La paleoproteómica puede retroceder en el tiempo con proteínas antiguas ya recuperadas e identificadas con éxito después de la preservación en el esmalte dental de 1,7 millones de años de antigüedad de un rinoceronte antiguo y una cáscara de huevo de avestruz de más de 6,5 millones de años.
En el nuevo estudio, los autores también encontraron evidencia preliminar de que, al igual que los dientes humanos medievales, los huesos de mamut de casi 40.000 años parecen conservar anticuerpos estables.
Esta ciencia ha sido aplicada previamente por el equipo de la Universidad de Nottingham al análisis de otras proteínas asociadas a enfermedades recuperadas de huesos y dientes humanos arqueológicos para permitir la identificación de una forma antigua inusual del trastorno esquelético de la enfermedad de Paget (trastorno óseo crónico).
“En la ciencia del descubrimiento, esperamos lo inesperado, pero la constatación de que los anticuerpos intactos y funcionales pueden purificarse a partir de restos óseos en el registro arqueológico fue bastante sorprendente. Se sabía que algunas proteínas antiguas eran estables, pero tienden a ser proteínas ‘estructurales’ como colágenos y queratinas, que son bastante inertes”, indica Layfield.
Anisur Rahman, del Departamento de Medicina de la University College de Londres (Reino Unido), añade: “Los anticuerpos son diferentes porque podemos probar si aún pueden hacer su trabajo de reconocer virus o bacterias incluso después de cientos de años. En este caso, encontramos que los anticuerpos de los dientes medievales pudieron reconocer el virus de Epstein-Barr, que causa la fiebre glandular. En el futuro, podría ser posible observar cómo los anticuerpos de especímenes antiguos reaccionan a las enfermedades presentes durante esos periodos, como la Peste Negra”.
- Te recomendamos -