El presidente, en el poder desde 2003, se enfrenta a seis candidatos sin opciones tras el boicot de dos principales partidos opositores
MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Los colegios electorales de Azerbaiyán han abierto sus puertas este miércoles para unas elecciones presidenciales en las que el actual mandatario, Ilham Aliyev, parte como gran favorito para la reelección para un quinto mandato, en los primeros comicios que se celebrarán en el país tras la reintegración de la región de Karabaj después de tres décadas bajo control de separatistas armenios.
Las elecciones, inicialmente previstas para 2025, fueron adelantadas por sorpresa después de que Aliyev aprobara en diciembre un decreto a tal fin, menos de dos meses después de un acuerdo de alto el fuego con las autoridades separatistas de Nagorno Karabaj tras una nueva ofensiva militar azerí en el territorio.
Aliyev, quien llegó al poder en 2003 tras el fallecimiento de su padre, Heydar Aliyev –presidente entre 1993 y 2003–, parte como el gran favorito para hacerse con la victoria, especialmente después de que los partidos opositores Frente Popular de Azerbaiyán y Musavat anunciaran que no presentarían candidatos. Ambos partidos, así como el Consejo Nacional de Fuerzas Democráticas, una coalición opositora, ya se negaron a participar en las presidenciales de 2008 y 2018, así como en las parlamentarias de 2015 y 2020 y las municipales de 2014 y 2019.
Hay que retrotraerse a 2013 para hallar unas elecciones en las que estos partidos presentaran candidato, cuando apoyaron al historiador Jamil Hasanli, quien quedó en segundo lugar, con un 5,53 por ciento de los votos, frente al 84,56 recabado por Aliyev, quien ha logrado más del 75 por ciento de las papeletas en todas sus victorias.
En esta ocasión, el mandatario hará frente a otros seis candidatos –todos ellos hombres–, si bien ninguno de ellos cuenta con opciones reales de hacer sombra a Aliyev. Los rivales del mandatario serán Zahid Oruj, Fazil Mustafá, Elshad Musaev, Gudrat Hasanguliyev, Razi Nurulayev y Fuad Aliyev, según recoge la comisión electoral en su página web.
En este contexto y a pesar de la ausencia de rivales que realmente aspiren a contar con el apoyo popular suficiente como para derrotar al presidente, Aliyev sostuvo el 10 de enero que “las elecciones marcan el fin de una era”. “Terminamos dicha era en septiembre, con un evento de época. Creo que nunca hubo victoria similar en los siglos de historia de Azerbaiyán”, explicó.
Así, hizo hincapié en que “cuando empieza una nueva era, unas elecciones presidenciales deben marcar su inicio”. “Por primera vez en nuestra vida independiente, habrá elecciones en todos los rincones del país”, manifestó, antes de agregar que el calendario electoral consideraba que las municipales de abril habrían sido las primeras y argüir que “las presidenciales son las más importantes (…), por lo que debían ser las primeras”.
ELECCIONES EN KARABAJ
En este sentido, el presidente de la comisión electoral azerí, Mazahir Panahov, confirmó recientemente que los preparativos para la celebración de las elecciones habían sido completados en Shusha, Lachín y otras zonas de la región tras la reintegración de la misma en Azerbaiyán con lo que la votación tendrá lugar también en estos territorios.
Sin embargo, está por ver cuál será la tasa de participación en la región, dirigida durante cerca de 30 años por separatistas armenios, debido a que la inmensa mayoría de la población huyó hacia el país vecino tras la última ofensiva y de que la vuelta de población azerí que vivía previamente en ella ha empezado hace relativamente poco.
La última ofensiva de Azerbaiyán tuvo lugar cerca de dos años después de la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj (27 de septiembre-10 de noviembre de 2020), que ya permitió a Bakú recuperar parte de los territorios controlados por las autoproclamadas autoridades de Artsaj y que permitió a las autoridades completar la reintegración de la región.
El último acuerdo de alto el fuego contemplaba el desarme de los grupos proarmenios y la retirada de militares de Armenia de la región, un territorio de unos 4.400 kilómetros cuadrados en el Cáucaso Sur, lo que derivó en una oleada de refugiados que llevó a Ereván a denunciar una “limpieza étnica” del territorio, acusaciones rechazadas firmemente desde Bakú.
La victoria de Azerbaiyán en el conflicto tuvo lugar en el marco de un complicado proceso de paz con Armenia para zanjar su disputa territorial y fijar sus fronteras. Los contactos han atravesado diversos altibajos durante los últimos meses, marcado además por las crecientes tensiones entre Bakú y París por su apoyo a Ereván.
A pesar de ello, el ‘think tank’ Carnegie Endowment for International Peace considera que el tratado de paz “sigue siendo posible” y destaca que podría ser “un marco que requiera negociaciones adicionales durante los siguientes años”, con los principales puntos de disputa en torno a “enclaves, nudos de transporte y delimitación de las fronteras”.
En cualquier caso, la reintegración de la región y el hecho de que se vayan a celebrar elecciones en la misma por primera vez desde la independencia del país ha sido destacado como un gran éxito por Aliyev y sus aliados. De hecho, el vicepresidente del gubernamental Partido Nuevo Azerbaiyán (YAP), Tahir Budagov, sostuvo en diciembre que “el pueblo azerí solía decir que el que liberara Karabaj sería el presidente eterno de Azerbaiyán”. “Creo que Aliyev (…) se ha ganado a portar ese título”, sostuvo.
DENUNCIAS SOBRE UN AUMENTO DE LA REPRESIÓN
Por otra parte, opositores, activistas y organizaciones no gubernamentales han denunciado un aumento de la represión en el país durante los últimos meses, en contraste con el aumento del perfil internacional de Azerbaiyán, que acogió en 2023 la cumbre del Movimiento de países no Alineados y albergará en 2024 la Cumbre de Naciones Unidas sobre Clima (COP29).
Entre los detenidos figuran el político opositor y periodista Tofig Yabuglu, exvicepresidente del partido Musavat y miembro del Consejo Nacional de Fuerzas Democráticas, y Orjan Hajili, hijo del actual presidente de dicho partido, Arif Hajili. El líder del Frente Popular de Azerbaiyán, Ali Karimli, denunció en su cuenta en la red social X que la detención de Yabuglu “es claramente represión política” y destacó que el opositor “es un hombre que lucha por sus principios” y que “no ha cometido ningún delito”, tras las acusaciones contra él por fraude y falsificación.
A las críticas se sumó la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW), cuyo director asociado para Europa y Asia Central, Giorgi Gogia, afirmó que “las autoridades azeríes continúan su asalto contra los opositores al Gobierno, los periodistas y otros críticos”. “El arresto de Yabuglu se encuadra en el patrón de silenciar a las voces críticas del país”, dijo.
Esta misma ONG había denunciado en noviembre la detención de los periodistas Ulvi Hasanli y Seving Vagifgizi, altos cargos de Abzas Media –un medio independiente dedicado a investigaciones sobre casos de corrupción–, así como la de Mahamad Kekalov, que trabaja con este medio. Ambos fueron posteriormente imputados por contrabando, lo que llevó a Gogia a recalcar que Bakú “presenta cargos dudosos y punitivos contra sus críticos”.
Por su parte, el Comité de Protección de los Periodistas (CPJ) pidió a principios de enero la liberación de los periodistas Aziz Orujov y Shamo Eminov, así como la revocación del bloqueo en YouTube a Kanal 13. Además, solicitó a las autoridades que “pongan fin a su represión contra la prensa independiente”.
Por todo ello, los dos principales partidos opositores argumentaron que no se dan las condiciones necesarias para garantizar unas elecciones libres y justas y afirmaron que son un mero trámite para que Aliyev obtenga un nuevo mandato en las urnas, a las que están llamados más de seis millones de azeríes.
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